'Infra Week', un evento de megasubastas, arrancó este miércoles en Brasil donde se licitan aeropuertos, ferrocarriles y terminales portuarias con los que el Gobierno pretende recaudar 10.000 millones de reales (unos 1.795 millones de dólares).
La jornada arrancó este miércoles con la adjudicación en la bolsa de Sao Paulo de los 22 aeropuertos en tres regiones del país por parte de la firma francesa Vinci y la brasileña Compañía de Participaciones en Concesiones, del grupo CCR. El gobierno federal recaudó 3.300 millones (más de 590.000 millones de euros) y se estima una inversión total en los 22 aeropuertos de 6.100 millones de reales (uno 922 millones de euros) en los próximos 30 años.
Hubo siete competidores en la subasta y el gran ganador fue el CCR, que se adjudicó 15 aeropuertos en los bloques central y sur, con una inversión de 2.128 millones de reales (379 millones de dólares) y 754 millones de reales (134 millones de dólares), respectivamente.
Por su parte, Vinci se hizo con el bloque norte, compuesto de siete aeropuertos, por 420 millones de reales (unos 75 millones de dólares). La subasta se celebró en un momento de crisis general en la industria aérea, muy afectada por la pandemia del coronavirus, que ha dejado ya más 337.000 decesos y superado los 13 millones de contagios.
El jueves se llevará a cabo la subasta de Fiol 1, el primer tramo del Ferrocarril de Integración Oeste-Este, en el estado de Bahía, que conecta las ciudades de Ilheus y Caetité, e imprescindible para la exportación de mineral de hierro y de granos. La concesión del tramo de 537 kilómetros para un periodo de 35 años garantizará una inversión de 3.300 millones de reales (unos 589.000 dólares).
'Infra Week' concluye el viernes con la subasta de arrendamientos de cinco terminales portuarias: cuatro en el Puerto de Itaqui, en el estado de Maranhao, y una en el Puerto de Pelotas, en Río Grande do Sul. Todas juntas suman 120.000 metros cuadrados y el Gobierno tiene previsto invertir 600 millones de reales (unos 106 millones de dólares).
Según el Ministerio de Infraestructura, los proyectos de esta fase de concesiones públicas tienen el potencial para generar 200.000 empleos directos e indirectos.
Atraer inversores
El Gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, está tratando de atraer inversiones privadas para reactivar la economía brasileña, que en 2020 registró una caída de un 4,1 % de su Producto Interior Bruto (PIB).
El Ejecutivo pretende que en 2021 se concedan más de 50 infraestructuras, considerando solo las privatizaciones de aeropuertos, carreteras, ferrocarriles y terminales portuarias. En total, prevé conceder 129 activos, que incluyen la venta de nueve estatales, entre ellas Correos y Eletrobras.
Durante la campaña de 2018, Bolsonaro prometió llevar a cabo un ambicioso plan de privatizaciones e incluso afirmó que iba a "extinguir gran parte de las estatales" siguiendo la política ultraliberal del ministro de Economía, Paulo Guedes, al que nombró para seducir a los mercados.
Sin embargo, la crisis económica acentuada por la pandemia y los grupos discordantes en el Congreso han ralentizado sus planes. La subasta, una de las de mayor escala durante el Gobierno de Bolsonaro, se celebró sin reacciones por parte de la oposición, cuya energía está ahora volcada en la crisis de la pandemia y en contra de un proyecto de ley que facilita a las empresas privadas comprar vacunas contra el covid-19 para inmunizar a sus trabajadores.