El 29 de marzo, el rapero Lil Nas X lanzó en colaboración con la empresa MSCHF unas controversiales "zapatillas de Satán" basadas en un diseño de Nike que contenían sangre humana. A pesar de su elevado precio, 1.018 dólares, los 666 pares de esta edición limitada fueron vendidos en cuestión de minutos.
Este lanzamiento provocó tensiones con Nike, que llevó el caso a los tribunales. No se trató del primer intento de esa compañía neoyorquina de alcanzar notoriedad con una propuesta polémica.
Su primer éxito fue una serie de Nike Air Max 97 adaptadas que contenían agua del río Jordán inyectada en los vacíos de sus suelas. Los autores del producto, lanzado el 8 octubre de 2019, las apodaron las 'zapatillas de Jesús', en referencia a la escena bíblica en la que Jesucristo camina sobre las aguas del mar de Galilea.
Más espectáculo publicitario que diseño
La edición rusa de Forbes recoge este jueves las opiniones de los fundadores de dos compañías de ropa y calzado que se muestran críticos con el proyecto que desafió a Nike. Alexánder Katukov, de la marca Sintezia, cree que MSCHF tiene más que ver con la industria del espectáculo que con la producción de calzado.
A su vez, Nelli Nedre, de NNedre Store, criticó que, a pesar de que la empresa neoyorquina "se proclama como un proyecto creativo", no demuestra una "manifestación especial de creatividad en el diseño de su calzado". "Es simplemente un prominente bombo publicitario", sentencia. Sin embargo, admitió que "cada prenda encuentra a su usuario" y que el "extraño" calzado de MSCHF no es una excepción.
La primera serie de inspiración 'cristiana' fue también un éxito y se vendió en apenas un minuto a 1.425 dólares el par. Al día siguiente, las zapatillas se podían encontrar en el mercado de segunda mano por precios a partir de 2.500 dólares.
En aquel entonces, la multinacional Nike no denunció el plagio o el abuso de su producto, pero sí lo hizo el pasado mes de marzo cuando MSCHF lanzó su entrega 'satánica'.
'Travesura' millonaria
MSCHF significa "mischief" (escrito sin vocales), es decir, "travesura", lo que concuerda bastante bien con la extravagancia de sus propuestas. A pesar de su pequeño tamaño, la empresa ha atraído desde 2019 dos tandas de inversiones por un total de 11,5 millones de dólares, según reportaron medios estadounidenses.
Su fundador y director ejecutivo es Gabriel Whaley, egresado de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Carolina del Norte y con experiencia en diseño y publicidad digital. Antes de fundar la compañía en 2016, lanzó proyectos como Wingman, una aplicación de citas similar a Tinder para conocer a gente en vuelos de avión.
En los primeros tres años de actividad de MSCHF, sus integrantes, que se identifican como un "grupo" o un "colectivo" en lugar de como una compañía, firmaron varias campañas publicitarias para marcas como Casper o Target. Sin embargo, Whaley dijo a The Verge que nunca volverá a dedicarse a la publicidad y que antes preferiría cerrar su negocio, afirmando que su intención es crear productos propios.
Por el momento, la compañía, según se dice en su sitio web, ha lanzado un total de 43 productos. Se desconoce cuán escandalosa será su próxima colección, pero ya iniciaron una cuenta regresiva para su siguiente lanzamiento sin dar más detalles sobre en qué consistirá: el 12 de abril se despejará la incógnita.
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