La karateca estadounidense Sakura Kokumai, de 28 años, denunció en sus redes sociales que la semana pasada recibió insultos racistas y amenazas sin motivo mientras entrenaba para representar a su país en las olimpíadas de Tokio.
Atleta de alto rendimiento y ganadora de una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Perú 2019, Kokumai publicó en su cuenta de Instagram una serie de videos en los que se puede apreciar cómo un hombre, tras estacionar su automóvil cerca del campo de básquet donde entrena ella frecuentemente, la insultaba y le exigía que se fuera del lugar.
"No me mires a mis espaldas. Aléjate de mí", gritó el hombre a la deportista, a lo que ella respondió: "¿Qué he hecho?". "Eres una perdedora. Vete a casa, perra estúpida", continuó el agresor. "No te tengo miedo [...] Te voy a joder, voy a joder a tu marido o a tu novio o a quien sea con quien estés hablando por teléfono", agregó.
"Sí, lo que pasó fue horrible, pero no sé qué fue peor: un desconocido gritando y amenazando con lastimarme sin motivo o las personas a mi alrededor que presenciaron todo y no hicieron nada", escribió la deportista, nacida en Hawái.
Aunque la angustiosa situación no pasó a un plano mayor, Kokumai quiso describir las sensaciones de miedo e impotencia que sintió en ese momento, para crear conciencia: "Estaba enojada, frustrada, confundida, asustada, pero también me rompió el corazón el ver y experimentar cómo las personas pueden ser tan indiferentes", relató.
Los ataques discriminatorios contra personas de origen asiático se han incrementado en el país norteamericano por motivos fútiles, asentados en la falsa vinculación que hacen algunas personas entre esas comunidades y la propagación del coronavirus en el mundo.
"Estaba consciente del odio anti-asiático que está en marcha. Lo ves casi todos los días en las noticias", dijo la karateka este miércoles en una entrevista con KTLA. "Pero no pensé que me pasaría en un parque al que suelo ir a entrenar", añadió.
"Básicamente, solo estaba gritando cosas como 'No hables a mis espaldas. ¿Por qué miras mi auto?' —detalló Kokumai—. Así que cosas como esas me hicieron notar que podría ser algo un poco, no sé, fuera de lugar".
Por último, la joven señaló que le generaba temor la idea de pensar que esto podría ocurrirle a su abuela o su mamá, de origen japonés.
"Necesitamos cuidarnos unos a otros. ¿Por qué es tan difícil tratar a las personas con respeto?", reflexionó.