Si en la Tierra las auroras suelen ocurrir a latitudes altas pero no en los propios polos, en Júpiter ocurren también sobre las zonas estrictamente polares. Esta particularidad puede ser explicada por la configuración única del campo magnético del gigante gaseoso, opinan los autores de un estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances.
Las auroras son emisiones de partículas cargadas que precipitan a la atmósfera desde el espacio, un proceso que está estrechamente vinculado con la magnetosfera del planeta. Dado que en la Tierra las líneas magnéticas se abren en las regiones polares y se interconectan con el campo magnético interplanetario, los electrones que caen en la atmósfera en esta área no tienen suficiente energía para excitar emisiones aurorales.
En Júpiter, las auroras no tienen 'áreas oscuras', pero su distribución tampoco es uniforme. En particular, en el gigantesco planeta se registra un anillo con un brillo más fuerte, similar al terrestre. Por lo tanto, la suposición de que Júpiter tenga las líneas magnéticas cerradas tampoco puede explicar el fenómeno.
Recurriendo a la simulación en computadora, los investigadores llegaron a la conclusión de que la configuración de la magnetosfera que mejor se ajusta a la situación observada en Júpiter supone que en la región polar se combinan las líneas magnéticas abiertas y cerradas.
"Nunca se me pasó por la cabeza. No creo que nadie en la comunidad habría podido imaginar esta solución. Sin embargo, esta simulación la ha producido. […] Para mí, este es un gran cambio de paradigma en la forma en que entendemos las magnetosferas", cita un comunicado de la Universidad de Alaska en Fairbanks a uno de los autores del estudio, Peter Delamere.
"Nosotros, como comunidad, tendemos a polarizarnos, ya sea abiertos o cerrados, y no podíamos imaginar una solución donde fuera un poco de ambos. Sin embargo, en retrospectiva, eso es exactamente lo que la aurora nos estaba revelando", agregó el científico.
La cuestión de las causas de tal configuración de la magnetosfera de Júpiter está abierta. El descubrimiento "plantea muchas preguntas sobre cómo el viento solar interactúa con la magnetosfera de Júpiter e influye en la dinámica", indica Delamere.