El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este miércoles que el país se ha convertido en "un barril de pólvora" por las medidas restrictivas adoptadas por algunos de los gobernadores y alcaldes de los estados para frenar el covid-19.
"Brasil está al límite. Estoy esperando a que la gente dé una señal porque el hambre, la miseria y el desempleo están ahí. No lo ven quienes no quieren verlo", espetó a sus seguidores en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial.
Las declaraciones del mandatario se producen el mismo día en que el Supremo Tribunal Federal (STF) debe decidir si confirma la instalación de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para analizar la gestión del Gobierno de la pandemia y ordenada por uno de sus magistrados. Bolsonaro volvió a sugerir este miércoles que también sean investigados los gobernadores y alcaldes, a quienes acusa de desviar fondos públicos.
Bolsonaro también se dirigió a los magistrados del STF. "Amigos del STF, de aquí a poco vamos a tener una crisis enorme (...) No estoy amenazando a nadie, pero creo que pronto tendremos problemas serios ¿Qué saldrá de todo esto? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Parece que [Brasil] es un barril de pólvora", dijo.
Trágico momento
Brasil enfrenta unos peores momentos por el coronavirus, con un promedio de más de 3.000 muertes diarias. El número de fallecidos totales ya superan los 358.000 y hay más de 13,6 millones de contagiados.
Desde el comienzo de la pandemia, Bolsonaro ha criticado las medidas adoptadas por los gobernadores para hacer frente al virus, que han sido endurecidas estas últimas semanas ante el avance descontrolado del covid-19.
El presidente también arremetió contra la jueza Cármen Lúcia, que el martes pidió al presidente de la Corte, Luiz Fux, que analice una denuncia contra Bolsonaro por "sospechas de genocidio" contra los indígenas durante la pandemia. "Vi que un juez pidió que se analice una demanda para que me juzguen por genocidio (...) ¿Hasta dónde vamos a llegar?", declaró.