Japoneses critican una mascota con forma de isótopo radiactivo creada por el Gobierno para explicar su plan de verter al mar el agua de Fukushima

"La brecha entre la gravedad de los problemas que enfrentamos y la frivolidad del personaje es enorme", comentó un trabajador que participa en la reconstrucción de una ciudad de la prefectura de Fukushima.

Una mascota con forma de tritio, un isótopo radiactivo, creada por el Gobierno japonés para una campaña que busca explicar de forma sencilla que su plan de verter al mar el agua de la central nuclear de Fukushima no dañará al medio ambiente se ha convertido en el blanco de críticas en el país nipón, informa Kyodo.

Diversas voces afirman que la imagen de un personaje tan amable no está acorde con la dura realidad de la situación. En el video publicado por las autoridades japonesas, la mascota cuenta que el vertimiento de agua contaminada con tritio en el océano es una práctica estándar en las plantas de energía nuclear de todo el mundo.

Riken Komatsu, involucrado en los trabajos de reconstrucción de la ciudad de Iwaki, en la prefectura de Fukushima, comentó en Twitter que "si [el Gobierno] piensa que puede lograr que el público en general entienda el tema simplemente creando un personaje lindo, está burlándose de la comunicación de riesgos". Komatsu dijo a Kyodo que los pescadores locales están haciendo todo lo posible para luchar contra el vertimiento del agua contaminada al mar. "La brecha entre la gravedad de los problemas que enfrentamos y la frivolidad del personaje es enorme", resumió.

"Parece que el deseo del Gobierno de verter el agua al mar tiene prioridad sobre todo. Nosotros los pescadores no podemos entenderlo", agregó Katsuo Watanabe, un pescador local de 82 años.

Un día después de su publicación, las autoridades retiraron el video con el polémico personaje tras las críticas recibidas. La mascota será rediseñada teniendo en cuenta las opiniones de ciudadanos.

El pasado martes, el Gobierno nipón anunció su plan de verter al mar más de un millón de toneladas de agua contaminada de la central nuclear de Fukushima, que quedó destruida en marzo de 2011 por el sismo más fuerte jamás documentado en Japón y el devastador tsunami posterior. Se prevé que los trabajos arranquen dentro de dos años, mientras que todo el proceso tardaría décadas, según las proyecciones.

Según el operador de la planta, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), su capacidad de almacenar el agua en tanques llegará a su límite en otoño de 2022. TEPCO planea filtrar el agua contaminada para eliminar los isótopos, dejando solo el tritio, un isótopo radiactivo de hidrógeno difícil de separar del agua. Antes de bombearla al océano, diluirá el líquido hasta que sus niveles de tritio caigan por debajo de los límites reglamentarios.

El plan del Gobierno japonés ha creado polémica entre la comunidad internacional y ha recibido críticas de países vecinos, grupos ambientalistas y comunidades pesqueras locales. 

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