Calculan que las vacunas de Pfizer y Moderna provocan 30 veces más casos de trombosis de la vena porta que la de AstraZeneca
En medio de los temores de la formación de coágulos de sangre como posible efecto secundario de la vacunación contra el coronavirus, científicos de la Universidad de Oxford han intentado calcular cuáles son los riesgos reales de desarrollar trombosis a causa de las vacunas de Pfizer, Moderna o AstraZeneca a partir de los datos disponibles.
Al comparar los datos de la red de historia clínica electrónica de TriNetX Analytics, que comprende datos anónimos de 59 organizaciones sanitarias (principalmente de Estados Unidos) sobre 81 millones de pacientes, los investigadores analizaron la incidencia de dos tipos de trombosis en quienes contrajeron covid-19, tuvieron gripe o se vacunaron contra el coronavirus.
Los científicos han determinado que las posibilidades de sufrir una trombosis venosa cerebral tras contraer coronavirus son ocho veces mayores que después de la vacuna de AstraZeneca y 10 veces mayores que para los vacunados con el fármaco de Pfizer o Moderna. Si comparamos estos datos con la tasa de la población, los riesgos de sufrir la TVC resultan ser 100 veces mayores de lo normal después del covid-19, indica el estudio.
Así, descubrieron que entre 513.284 pacientes con covid-19, la trombosis venosa cerebral (TVC) se registraba en 39 casos por un millón de personas durante las primeras dos semanas después de confirmarse el positivo. En el caso de los que recibieron las inyecciones de los fármacos de Pfizer o Moderna —que comprenden 489.871 vacunados en total en ese estudio— la incidencia de la TVC fue de cuatro personas en un millón. Entre tanto, no se observó ningún caso de la TVC en quienes padecieron gripe (172.742 personas).
En el caso de la vacuna de AstraZeneca, donde se observaron los datos de 34 millones de vacunados, los casos de la TVC son cinco por un millón de personas (o 169 casos registrados en total).
En el caso de la trombosis de la vena porta, los infectados con el coronavirus presentaron 436 ocurrencias por un millón de pacientes, en comparación con los 44,9 casos por un millón de personas después de las inyecciones de la vacuna de Pfizer o Moderna. En el grupo de los infectados con gripe se registraron 98 casos por un millón de individuos.
Por su parte, entre los vacunados con la fórmula de AstraZeneca se registraron 53 casos de trombosis de la vena porta, lo que significa 1,6 casos de esta enfermedad por un millón de personas. Ese dato supone otra revelación que se desprende de la investigación: la posibilidad de desarrollar este tipo de trombosis es 30 veces más alta en los vacunados con ARN mensajero, presente en las fórmulas de Pfizer y Moderna, que con el fármaco de AstraZeneca.
Sin embargo, los autores del estudio añaden con cautela que no se pueden "comparar directamente los riesgos de TVC" asociados con la vacuna de AstraZeneca "con cualquiera de las otras vacunas, o con el covid-19", ya que en el caso de esa vacuna se utilizan los datos recogidos por el sistema de seguimiento de la Agencia Europea de Medicamentos y no de la red de registros sanitarios electrónicos.
El analista Anthony Webber destaca el carácter experimental de estas vacunas y señala que "ahora es el momento correcto para frenarlas" y analizarlas.
Las vacunas basadas en ADN se perciben mejor
En el contexto de la publicación de la Universidad de Oxford, Dmitry Kulish, profesor y experto en biotecnología del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skólkovo (Skoltech) ruso, declaró en un comentario para RT que "el principal sentido" de este estudio es explicar a todos que la vacunación con cualquier fármaco disponible es mejor que esperar a la infección con el coronavirus, agregando que está de acuerdo con esta idea.
El experto afirmó que las vacunas basadas en ADN (Sputnik V, AstraZeneca y Johnson & Johnson) se perciben mejor por las células humanas que las vacunas basadas en ARN (Pfizer y BioNTech y Moderna). "La célula tiene receptores especiales que reconocen tipos diferentes del ADN hostil y se sabe desde hace mucho tiempo que reaccionan al ARN más duramente que al ADN" y provocan una inflamación "enseguida". "La inflamación es la arterioesclerosis", mientras que la arterioesclerosis lleva a la trombosis, dijo.
De esta manera, los especialistas esperaban desde los primeros días que las vacunas de Pfizer y de Moderna provocaran un mayor nivel de la trombosis que las vacunas adenovirales, sin embargo, permitirán un mayor nivel de protección contra el contagio. No obstante, los primeros resultados del estudio de AstraZeneca y Sputnik V mostraron más del 90% de eficacia y, teniendo en cuenta el hecho de que se consideraron más seguras desde el principio, las vacunas de Pfizer y Moderna no deberían haber sido registradas por el regulador estadounidense en estas condiciones. Entonces, Pfizer y "todo el 'establishment' estadounidense de altas tecnologías" tuvieron que elegir entre la ética y el negocio. "Pfizer tomó una decisión entre la ética y el negocio a favor del negocio", afirmó Kulish.