Las autoridades penitenciarias de Panamá interceptaron el 16 de abril a un gato cuando intentaba introducir al interior de la cárcel de Nueva Esperanza, provincia de Colón, drogas que estaban atadas a su cuerpo, informa la prensa local.
El felino, de color blanco, llevaba una tela amarrada a su cuerpo con seis envoltorios que contenían material vegetal y polvo blanco. Se presume que el gato transportaba cocaína, 'crack' y marihuana. Las autoridades panameñas han iniciado investigaciones por la utilización de animales para el traspaso de sustancias ilícitas a los centros penitenciarios. El felino fue entregado a una fundación.