Arqueólogos que trabajan en tierras propiedad del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. (FWS, por sus siglas en inglés) afirman haber descubierto la casa donde vivió su juventud la histórica activista abolicionista afroamericana Harriet Tubman, dio a conocer este martes NBC News.
La cabaña de Ben Ross, padre de Tubman, fue desenterrada en un terreno adquirido el año pasado por el FWS como una adición al Refugio Nacional de Vida Silvestre Blackwater en el condado de Dorchester (estado de Maryland). Los objetos localizados en el lugar datan de primera mitad del siglo XIX.
Ross adquirió la vivienda a principios de la década de 1840 de un dueño de esclavos que escribió en su testamento que debía ser liberado cinco años después de su muerte y heredar la tierra.
"Creemos que Ross durante varios años cosechó árboles en la propiedad y vendió la madera, y luego esta fue transportada a los astilleros por marineros negros libres para usarla en la construcción de barcos en Baltimore", explicó el vicegobernador Boyd Rutherford. "Harriet Tubman trabajó junto a su padre durante su adolescencia. Y los historiadores creen que aprendió a guiarse por tierras y vías fluviales que luego atravesaría para llevar a personas esclavizadas a la libertad", agregó.
"Este descubrimiento agrega otra pieza de puzle a la historia de Harriet Tubman, el estado de Maryland y nuestra nación, [...] y puede inspirar [a otras personas a emprender] esfuerzos similares", resaltó Rutherford.
El hallazgo fue realizado por Julie Schablitsky, arqueóloga de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras. "Muchos de nosotros pensamos que sabemos todo [...] sobre Harriet Tubman. Este descubrimiento nos dice que no es así y que tenemos la oportunidad de [...] conocerla no solo como una mujer mayor que llevó a la gente a la libertad, sino también [...] entender cómo fueron sus años de juventud", dijo Schablitsky, citada por The Washington Post.
Harriet Tubman nació como esclava bajo el nombre de Araminta Ross a principios de la década de 1820. Tras escapar a Filadelfia en 1849, volvió a Maryland para ayudar a sus parientes y otros esclavos a huir guiándolos hacia los estados abolicionistas del norte. Durante la Guerra Civil estadounidense trabajó como cocinera, enfermera y espía y se convirtió en la primera mujer en dirigir una expedición armada en una lucha que permitió la liberación en 1863 de más de 700 esclavos en Carolina del Sur.