Uno de los retos más importantes a los que se enfrenta España en los últimos lustros es el de hacer frente a la despoblación de sus zonas rurales, donde se unen el envejecimiento de sus habitantes con la escasez de mano de obra y la emigración masiva, sobre todo a entornos urbanos.
En el país decenas de provincias han perdido en las últimas décadas más de la mitad de su peso demográfico, económico y laboral. El pueblo de Fermoselle, en la provincia de Zamora, en el interior del país, abandonado por más del 70 % de sus habitantes desde 1950, es un símbolo de esta España vaciada. Hoy tiene poco más de 1.200 vecinos.
Los que optaron por quedarse
En este pueblo, quienes han querido quedarse luchan por mantenerlo vivo. Algo difícil cuando la natalidad, precisamente, es uno de los caballos de batalla. En los últimos años los nacimientos se cuentan con los dedos de una mano, como el caso de la bebé Lía. Su llegada fue todo un acontecimiento en la localidad, pero su madre narra lo que para ella es más duro: "La falta de oportunidades que puede haber. El que tengas que marcharte fuera, dejar tus raíces para buscar trabajo o para estudiar, simplemente", dice.
El otro extremo de la balanza es el de la mortalidad. Todos los años fallecen en este pueblo alrededor de 50 personas y el 45 % de los habitantes tienen ya más de 65 años. Este es el caso de Eliseo, que sigue trabajando el campo pero ha visto como en los últimos decenios ha descendido el número de cabezas de ganado y las tierras de labor: "Trabajando en el campo, por decir un número, hay 50 personas, que no llega. Y antes las 2.000 o 3.000 personas que hubieran estaban todas en el campo", detalla.
Con la escasa población activa con la que cuenta actualmente, uno de los mayores retos es mantener los servicios mínimos. Ahora no hay centro de salud ni transporte público para comunicarlo con otras localidades. De momento, sí dispone de un colegio, pero no está clara su supervivencia.
El alcalde explica que "hace 25 años, aproximadamente, las matrículas del colegio eran unos 200 alumnos". "Hoy la matrícula del colegio son 35 (...) Así no podemos seguir", resume.
Lo que muchos llaman la España vaciada ha sido la gran olvidada de las administraciones, hasta que un movimiento surgido de la unión de diferentes plataformas de las regiones más despobladas del país hizo que la cuestión saltara a las primeras páginas de los medios.
En las últimas elecciones generales, una pequeña agrupación de electores nacida de ese movimiento, Teruel Existe, consiguió un escaño en el Parlamento nacional, aunque las reivindicaciones a día de hoy siguen siendo las mismas.