El Comité Nacional de Paro, compuesto por centrales sindicales, magisteriales y agrícolas de Colombia, ha convocado un nuevo paro nacional para el miércoles 28 de abril al que se han sumado organizaciones indígenas, campesinas y populares.
El llamado a paro contempla una gran concentración en el parque Nacional de Bogotá y variadas movilizaciones, plantones y mítines a lo largo del país, así como un cacerolazo nacional. Algunas voces, como la del senador Gustavo Bolívar, piden que el paro se decrete de forma indefinida.
En esta ocasión, la razón de la convocatoria obedece a la propuesta de Ley de Seguridad Sostenible que presentó hace pocos días el Gobierno del presidente Iván Duque al Congreso Nacional, que pretende una reforma tributaria con el fin de amortiguar la crisis económica agudizada por la pandemia.
Dicha propuesta de ley tiene puntos favorables, como la creación de nuevos impuestos a las personas con más ingresos, pero también, y es la principal razón del rechazo que causa en los sindicatos, aumenta el Impuesto de Valor Agregado (IVA) a varios productos que mantenían un monto reducido. Además, amplía la base de contribuyentes que pagan el Impuesto sobre la Renta.
Básicamente es una ley que busca que la clase media y los sectores que no pagaban impuestos, debido a exenciones, tengan ahora que hacerlo.
La ley elimina la categoría de productos 'exentos' de IVA, lo que podría ejercer presión para que aumente el costo final de productos alimenticios básicos, como la leche, huevos, pollo, queso, arroz, pescado y carne de cerdo, entre otros. Otro punto que se ha criticado es que permite la instalación de peajes urbanos.
Pero hay una cuestión de fondo que no podemos obviar. En mayo de 2022 se realizarán las presidenciales y, por primera vez en casi veinte años, podría perder el uribismo frente a una fórmula izquierdista, algo que se produciría por primera vez en la historia del país. Varias firmas del campo de la investigación electoral afirman que el candidato Gustavo Petro figura de primero en las encuestas.
Todo en medio del peor pico de la pandemia
El coronavirus ha azotado con fuerza a Colombia. Los últimos días está batiendo cifras récord, con 465 muertes en un solo día. Hasta ahora suma más de 71.000 fallecidos, lo que ubica al país como el tercero en América latina en decesos, después de Brasil y México.
Sin embargo, por ser Colombia un país mucho más pequeño que los dos primeros en la lista, podría pensarse que es uno de los más afectados, por encima de cualquier otro de Suramérica, salvo Brasil.
El pico actual ha hecho que varias instancias estatales, como la procuraduría y el ministerio de salud, reclamen y planteen que el paro y las movilizaciones, que habitualmente traen estas convocatorias, pueden resultar perjudiciales y reproducir, de manera más efusiva, la transmisión del virus.
Sin embargo, los organizadores han confirmado la convocatoria.
¿Un paro más?
Desde 2019 las organizaciones sociales vienen movilizándose de manera efectiva y han convocado varios paros que cada vez han tenido un mayor impacto debido a que han sumado a diversos sectores, incluyendo las clases medias.
Todo esto, en medio de un gobierno que ha venido perdiendo fuerza debido a escándalos por corrupción y vinculación con el narcotráfico, además de derrotas electorales y la muy importante renuncia al Senado de Álvaro Uribe, el líder histórico de la corriente que gobierna.
En septiembre de 2020, y en plena pandemia, la muerte del taxista Javier Ordoñez, a manos de la policía, enardeció a grupos grandes de ciudadanos que salieron a manifestar en masas y colapsaron la capital por varios días.
Pero este conjunto de protestas ya tenían sus antecedentes. Desde que en octubre de 2019 el uribismo perdió las elecciones regionales, se confirmó que este movimiento político, que ha ganado las últimas cinco presidenciales, estaba sufriendo un decaimiento político.
A las pocas semanas de su derrota electoral, organizaciones sociales convocaron un paro –para el 21 de noviembre de ese año– que fue epicentro de protestas que se prolongaron por al menos 10 días y que contó con manifestaciones de calle que en algunos casos se tornaron violentas, con enfrentamientos con la policía y saqueos. De la misma forma, numerosos cacerolazos recorrieron las principales ciudades del país.
Un estallido social como el de noviembre y diciembre de 2019 no se había visto hace muchas décadas en Colombia. La movilización logró una articulación de diversos sujetos politizados, como estudiantes y campesinos, con masas populares no acostumbradas a movilizarse políticamente, especialmente las mayorías urbanas, que siempre estaban a la sombra del conflicto central colombiano, ubicado en el mundo rural y basado en una lucha ideológica con las guerrillas.
Para el 21 de enero de 2020, el Comité Nacional de Paro realizó con éxito un nuevo paro nacional. Y para marzo también otro, pero sin movilizaciones, debido al impacto mundial de la pandemia. En ese momento la cifra de contagiados y muertes no era tan elevada en Colombia como lo ha sido en el mes de abril de 2021.
¿Tendrá este paro consecuencias similares en protestas y estallidos a los que sucedieron al paro de 2019? Las posibles movilizaciones ¿pueden exacerbar la trasmisión del coronavirus y hacer inmanejable la crisis sanitaria? Las respuestas las veremos surgir de Colombia los próximos días.
Ociel Alí López
Es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.
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