Sputnik V anunció este jueves que emprenderá una demanda por difamación contra la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) por "difundir intencionalmente información falsa e inexacta" sobre el fármaco.
El lunes de esta semana, tras un debate de más de cinco horas, Anvisa rechazó la importación de la vacuna rusa, alegando la falta de información suficiente para garantizar la seguridad, calidad y eficacia del medicamento.
Además, la agencia reguladora aseguró que había detectado la presencia de replicantes virales de la vacuna, lo que implica que una vez que ingresan al cuerpo tienen capacidad para multiplicarse e infectar las células. Sobre este aspecto, los funcionarios brasileños dijeron que era de "gran preocupación".
Según Anvisa, aunque la vacuna de vector viral Sputnik V fue desarrollada para no replicarse en el cuerpo humano, "ese objetivo no se ha logrado", es decir, que podría infectar.
Sin embargo, los desarrolladores del fármaco ruso destacaron que la información de la agencia brasileña para hacer esa afirmación era "falsa e inexacta", por lo que interpondrán una demanda penal. Además, desde Sputnik V citaron este jueves unas declaraciones de Gustavo Méndes, gerente de Medicamentos y Productos Biológicos de Anvisa, quien admitió que no habían efectuado pruebas "para un adenovirus replicado".
"Anvisa hizo declaraciones incorrectas y engañosas sin haber probado la vacuna real Sputnik V. Y sin considerar el oficio del Instituyo Gamaleya, que indica que no hay RCA [virus replicante) presente y que solo se utilizan vectores no replicantes con E1 suprimido. Nuestro equipo legal se pondrá en contacto", aseveraron los desarrolladores de la vacuna rusa.
El mismo día en que se anunció el rechazo a la importación de Sputnik V, los responsables de la vacuna rusa consideraron que la decisión era "de naturaleza política" y no tenía "nada que ver con el acceso a la información sobre la vacuna o la ciencia".
En ese contexto, han salido a relucir las presiones políticas que hay para evitar que los países de la región adquieran la vacuna rusa. Un informe del Departamento de Salud de EE.UU., publicado en enero de este año, reveló como un logro de gestión haber "persuadido" a las autoridades brasileñas para que "rechazaran" la compra de la Sputnik V. El objetivo de esas medidas de coerción en medio de la crisis sanitaria, según Washington, era disminuir la influencia de países como Rusia, que supuestamente trabajan "en detrimento de la seguridad" estadounidense.
Posiciones cruzadas
Las cifras de muertes y contagios por covid-19 en Brasil mantienen al país suramericano como uno de los epicentros mundiales de la pandemia. Con un número de fallecimientos que se acerca a los 400.000 y más de 14 millones de contagios, la necesidad de tener acceso a más vacunas es urgente.
Anvisa mantuvo en vilo a los gobiernos de 17 estados, que esperaban importar el fármaco para atender la crisis sanitaria que, al menos en Brasil, ha confrontado a las regiones con las decisiones del presidente Jair Bolsonaro. Ahora, la última palabra podría quedar en manos del Supremo Tribunal Federal.
En ese marco, hay posicionamientos cruzados sobre Sputnik V en Brasil. En la víspera de la negativa de Anvisa, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) había aprobado el lanzamiento comercial de la vacuna, al considerar que era "segura".
"La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación aprobó el lanzamiento comercial de la vacuna con el nombre de Gam-COVID-Vac [Sputnik V]", informó la cartera en un comunicado de prensa.
En marzo, Bolsonaro telefoneó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para tratar la compra y producción de la vacuna Sputnik V. Antes de esa conversación, el Gobierno brasileño ya había comunicado la compra de 10 millones de dosis del fármaco desarrollado por Gamaleya.
El inmunizante ya se produce en el país por la Uniao Química, socia del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), y el primer lote de este fármaco producido en suelo brasileño fue presentado a finales del mes pasado. Sin embargo, la Uniao Química solo estaba a la espera de la autorización de Anvisa.
Hasta el momento, en Brasil solo se aplica la vacuna china CoronaVac, con permiso para uso de emergencia, y la sueco-británica de AstraZeneca, autorizada para uso a gran escala. Además, tiene ya aprobadas las de la belga Janssen y de la estadounidense Pfizer.
En opinión del analista político Carlos Alberto Almeida, Brasil no aceptó importar la vacuna rusa bajo presiones políticas. El experto puso el ejemplo de otros medicamentos que fueron autorizados y también contienen elementos similares a los de Sputnik V.
- La Sputnik V tiene una eficacia de un 97,6 %, según comunicó el 19 de abril el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) tras un análisis de los datos de 3,8 millones de ciudadanos rusos vacunados.
- Además, actualmente se realizan ensayos clínicos de fase 3 en los Emiratos Árabes Unidos, India, Venezuela y Bielorrusia. De momento, este fármaco ha sido registrado en más de 60 países.