China acusa a Australia de crear coerción económica en medio de la escalada de tensiones
El embajador de China en Australia ha culpado a Canberra del rápido deterioro de las relaciones entre las dos naciones y lo acusa de pretender ser una víctima.
En una declaración de una hora ante los miembros del Consejo Empresarial Australia-China, el embajador Cheng Jingye afirmó que el país oceánico tiende a percibir a Pekín como "una amenaza y un desafío", calificando de "ridículas e irrelevantes" las afirmaciones de coerción económica china sobre Australia.
"Si hay alguna coerción, debe haber sido hecha por la parte australiana", expresó el diplomático, añadiendo que las acciones de China estaban destinadas a "defender sus derechos e intereses legítimos, evitar que los lazos bilaterales sigan cayendo en picada y devolverlos al buen camino".
Los comentarios se producen días después de que el Secretario del Interior de Australia, Michael Pezzullo, advirtiera al personal de su departamento que "en un mundo de tensión y temor perpetuos, suenan los tambores de guerra", en referencia a las crecientes tensiones militares entre China y EE.UU. por Taiwán.
Deterioro de las relaciones
Cheng señaló que el Gobierno del primer ministro Scott Morrison ha adoptado un enfoque "discriminatorio" hacia las inversiones chinas, cuyo dramático desplome ha superado un 90 %, en cuatro años. Mientras que las exportaciones australianas a China se mantuvieron elevadas, alcanzando unos 148.000 millones de dólares australianos (115.000 millones de dólares estadounidenses) en 2020.
El diplomático chino también comparó el número de investigaciones relacionadas con el comercio impulsadas por cada parte y señaló que Canberra ha abierto 106 indagaciones 'antidumping' sobre importaciones chinas, mientras que Pekín ha iniciado solo cuatro procesos sobre productos australianos.
Otras prácticas coercitivas citadas por Cheng incluyen las "calumnias y difamaciones" arbitrarias contra China por parte de algunos medios de comunicación, al igual que la "supresión" de las empresas chinas de alta tecnología, aparentemente, refiriéndose a la exclusión de los gigantes tecnológicos Huawei y ZTE de las redes 5G de Australia.
"Aferrarse a los prejuicios ideológicos y a la mentalidad de la Guerra Fría y considerar a China como una amenaza no llevará a ninguna parte", expresó Cheng, tras añadir que "jugar el papel de víctima" y "unirse en un pequeño grupo contra China" no cambiará la naturaleza del problema.
Otro punto de quiebre en las relaciones chino-australianas se produjo la semana pasada cuando Canberra anunció su decisión de abandonar el acuerdo de la Franja y la Ruta. Asimismo, el Gobierno de Australia señaló que podría revertir los contratos de arrendamiento a largo plazo que tienen las empresas chinas en el puerto de Darwin.