La sonda solar Parker de la NASA –del tamaño de un coche pequeño– realizó el pasado 29 de abril su octava aproximación exitosa al Sol, llamada 'perihelio', y batió sus propios récords de distancia y velocidad, comunicaron los responsables de la misión.
La sonda, lanzada en agosto del 2018 para estudiar el Sol, logró acercarse a 10,4 millones de kilómetros de su superficie, mientras se movía a una velocidad de más de 532.000 kilómetros por hora.
Parker estableció dos récords anteriores en febrero del 2020, cuando se aproximó al astro a una distancia de 18,6 millones de kilómetros a 393.044 kilómetros por hora, convirtiéndose de este modo en la sonda espacial más cercana al Sol y el objeto más rápido construido por el ser humano.
"A medida que nos acercamos al Sol, esperamos aprender aún más de lo que ya sabemos sobre la formación y la estructura del viento solar, y las fuerzas que lo lanzan hacia y más allá de la Tierra", afirmó Nour Raouafi, científico de la misión del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que también diseñó y construyó la sonda.
Durante dos años y medio de su misión, que durará unos siete años, la sonda se mantiene en buen estado debido a su sistema de protección térmica, teniendo en cuenta que se enfrenta actualmente a temperaturas superiores a los 650 °C. Está previsto que la Parker finalmente viaje a unos 6,5 millones de kilómetros de la superficie del Sol, donde deberá soportar temperaturas de unos 1.400 °C.
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