Hace casi medio siglo, los creadores de 'Star War's imaginaron a Tatooine, un planeta ficticio capaz de sustentar vida que orbitaba a un par de estrellas. Ahora, 44 años después, científicos han encontrado evidencia de la existencia de cinco sistemas planetarios de doble sol que podrían albergar vida extraterrestre, según un reciente estudio publicado en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences.
Luego de estudiar las características de nueve sistemas estelares binarios descubiertos por el telescopio espacial Kepler de la NASA, los investigadores determinaron que cinco de ellos, nombrados Kepler-34, -35, -38, -64 y -413, se caracterizan por acoger una "zona habitable" permanente, una región alrededor de las estrellas en la que el agua líquida podría persistir en la superficie de algún planeta aún no descubierto similar a la Tierra.
Dichos sistemas se encuentran a entre 2.764 y 5.933 años luz de la Tierra, en las constelaciones Lyra y Cygnus y todos ellos tienen al menos un planeta gigante del tamaño de Neptuno o más. Los científicos utilizaron en su investigación diversos datos recopilados por Kepler, como la masa de las estrellas y su brillo.
"Es mucho más probable que la vida evolucione en planetas ubicados dentro de la zona habitable de su sistema, al igual que la Tierra", comentó Nikolaos Georgakarakos, autor principal del estudio, refiriéndose a que los sistemas identificados "son adecuados para albergar mundos" con océanos, en especial Kepler-38.
Doce de los exoplanetas descubiertos por Kepler son "circumbinarios", es decir, orbitan a un par de estrellas cercanas. Los sistemas binarios son comunes y se estima que representan entre la mitad y las tres cuartas partes de todos los sistemas estelares. Hasta ahora, solo se han descubierto exoplanetas gigantes en sistemas binarios, y es probable que planetas más pequeños y lunas simplemente estén esperando a ser detectados.
"Lo que hemos mostrado aquí es que en una gran fracción de esos sistemas, los planetas similares a la Tierra pueden permanecer habitables incluso en presencia de planetas gigantes ", explicó el coautor, Ian Dobbs-Dixon.
Los investigadores también explican que la metodología que desarrollaron en su trabajo se basa en ecuaciones analíticas en lugar de simulaciones por computadora que tienen que ejecutarse día y noche durante meses. "El beneficio de nuestro enfoque es que cualquiera puede tomar nuestras ecuaciones y aplicarlas a otros sistemas para determinar dónde buscar mejor mundos similares a la Tierra", resumió el investigador Siegfried Eggl.