El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha advertido este martes en un discurso a la nación que los movimientos de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina "pagarán un alto precio por su beligerancia", tras los ataques lanzados contra el centro y sur de Israel.
"Estamos en el apogeo de una campaña muy grave", aseveró Netanyahu en declaraciones televisadas junto a su ministro de Defensa, Benny Gantz.
El Ejército ha alcanzado hasta ahora cientos de objetivos en la Franja de Gaza y seguirá efectuando redadas en el enclave, aseguró el primer ministro israelí, que prometió golpear "con más fuerza" a estos grupos.
Netanyahu también ha pedido a los israelíes que acaten todas las instrucciones de seguridad emitidas por las autoridades.
Hamás "cruzó la línea roja"
Este lunes, el primer ministro declaró que Hamás "cruzó la línea roja" y que su país responderá con "fuerza" a los ataques con cohetes lanzados por el movimiento.
"No toleraremos un ataque contra nuestro territorio, contra nuestra capital, contra nuestros ciudadanos y soldados. Quien nos ataque pagará un alto precio", dijo el mandatario. "Estamos en una lucha que se está extendiendo a través de varios frentes: en Jerusalén, en Gaza y en otras partes del país", afirmó Netanyahu.
Asimismo, el mandatario advirtió que la lucha entre Hamás e Israel podría "continuar por un tiempo".
Tensiones entre israelíes y palestinos
Las tensiones entre israelíes y palestinos han alcanzado su punto máximo tras semanas de creciente hostilidad.
Las sirenas que advierten de la llegada de cohetes sonaron en Tel Aviv y en el centro de Israel la noche de este martes mientras el movimiento Hamás afirma haber lanzado al menos 130 cohetes hacia territorio israelí. Poco antes, el portavoz del ala militar de Hamás, Abu Ubaida, emitió una advertencia a Israel afirmando que podrían bombardear Tel Aviv si no cesaban los ataques contra la Franja.
El 10 de mayo, al menos 26 palestinos murieron, entre ellos, nueve niños, y 65 resultaron heridos en los ataques aéreos de Israel sobre la Franja en respuesta al lanzamiento de proyectiles de Hamás poco después de que expirara un ultimátum anunciado por el movimiento. También se informó de al menos 2 israelíes fallecidos durante los enfrentamientos.
Esa misma jornada, cientos de personas resultaron heridas en el asalto a la mezquita de Al Aqsa por fuerzas israelíes en medio de las protestas contra el desalojo de familias palestinas en Jerusalén Este. Los manifestantes lanzaron piedras a los agentes, que utilizaron balas de goma, granadas aturdidoras y gases lacrimógenos para dispersarlos.