El marzo pasado se cumplieron diez años del despliegue del sistema de defensa antiaérea de Israel, conocido como Cúpula de Hierro, que en los días pasados ha funcionado a pleno rendimiento en respuesta al lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza. Esta tecnología fue desarrollada por la empresa Rafael Advanced Defense Systems, con el respaldo de EE.UU.
La Cúpula de Hierro está compuesta por tres elementos. Primero, el Radar Multimisión ELM 2084, que detecta los proyectiles y analiza su trayectoria, con lo que puede determinar si caerán en una zona poblada o en un terreno abierto. El segundo es el Centro de Control de Combate (BMC, por su sigla en inglés), que recibe las coordenadas, y, por último, diez baterías móviles capaces de proteger un área de 150 kilómetros cuadrados disparando misiles Tamir, que interceptan las amenazas y las destruyen en el aire. Cada una de ellas contiene 20 proyectiles.
Los Tamir tienen un largo de 3 metros, 16 centímetros de diámetro y pesan 90 kilos. El costo aproximado de cada uno es de 100.000 dólares, mientras que cada batería demandó una inversión cercana a los 100 millones.
Moshe Patel, director de la Organización de Defensa de Misiles del Ministerio de Defensa de Israel, afirma que el sistema "tiene la capacidad de contrarrestar el ataque de misiles de crucero, drones y mucho más, incluidas amenazas que todavía ni siquiera existen en el campo, pero que probablemente surjan en los próximos meses". Además, desde Tel Aviv aseguran que su efectividad es de entre el 80 y 90 %.
En marzo de este año, el sistema antiaéreo experimentó un "salto tecnológico" que le capacitó para abatir drones, misiles de crucero y cohetes al mismo tiempo.
"La Cúpula de Hierro se ha convertido en sinónimo de excelencia. Estamos orgullosos de nuestros equipos de científicos e ingenieros que desarrollaron este extraordinario sistema y continúan haciéndolo a diario", expresó el presidente y CEO de Rafael Advanced Defense Systems, el mayor general retirado Yoav Har-Even. También dijo que su despliegue permitió cambiar las reglas del juego, "salvando vidas, evitando la escalada, permitiendo a los responsables de la toma de decisiones militares y políticas tomar decisiones tranquilas y recogidas".
Su primera base fue instalada en marzo de 2011 en la ciudad de Beersheva, ubicada a 40 kilómetros de la Franja de Gaza. El 7 de abril de ese año interceptó su primer proyectil, que iba destinado a la ciudad de Ascalón.