La ocupación ilegal en la Amazonía creció un 56 % en dos años, según informa el Instituto Socioambiental (ISA) en un comunicado, en el que asegura que este aumento se debe al "efecto Bolsonaro" sobre la política territorial en esta región.
A finales de 2020, había 10,6 millones de hectáreas de tierras ocupadas irregularmente en zonas del Gobierno federal: unidades de conservación, de protección ambiental o tierras indígenas.
Se trata de tierras invadidas de manera ilegal, lo que se conoce como 'grilagem', que consiste en ocupar un terreno, deforestarlo usando fuego y colocar ganado para luego especular al venderlo con falsas escrituras.
Entre 2018 y 2020, en las áreas de conservación que permite la explotación parcial de los recursos, las invasiones ilegales de tierras crecieron un 274 %. Mientras que en las unidades de conservación en las que no se autoriza ningún tipo de explotación, la ocupación ilegal creció un 54 % y en las tierras indígenas aumentó un 31 %.
Según ISA, esto es debido al desmantelamiento de la fiscalización ambiental, de la falta de protección de los pueblos de la floresta y de los proyectos de ley en el Legislativo, que "incluso antes de que pasen, animan a los acaparadores de tierras a actuar sin miedo al castigo".
En estos momentos hay dos proyectos de ley, el PL 510/21 y PL 2633/20, que buscan flexibilizar la regularización de tierras ilegalmente ocupadas, y podrían redundar en un aumento de la devastación de la mayor selva tropical del planeta y agudizar los conflictos crónicos en la zona.
Deforestación
Por otro lado, el monitoreo realizado por el Instituto del Hombre y de la Medio Ambiente (Imazon) indica que la deforestación en abril en la Amazonía alcanzó los 778 kilómetros cuadrados, la mayores cifras de este mes en los últimos diez años. Supone un aumento de un 45 % en relación al mes de abril de 2020, cuando la deforestación alcanzó 536 kilómetros cuadrados.
Los tres estados más deforestados son: Amazonas (28 %), Pará (26 %) y Mato Grosso (22 %). Imazon se basa en el Sistema de Alerta de Deforestación (SAD), que lleva a cabo un monitoreo de la región via satélite.
También en marzo, la deforestación en el pulmón del planeta batió un récord histórico, cuando se registraron 810 kilómetros cuadrados devastados.