El periódico británico The Telegraph publicó detalles sobre un plan secreto desarrollado por el primer ministro británico Winston Churchill al final de la Segunda Guerra Mundial para lanzar una operación militar contra la URSS.
Según el documento CAB 120/691 de los archivos nacionales, en mayo de 1945, pocos días después de la toma de Berlín por parte del Ejército Rojo soviético, Churchill encargó a su oficina conjunta de planificación que diseñara una plan con el nombre en código 'Operación Unthinkable' (Operación Impensable). De acuerdo con este, los aliados occidentales, en los dos meses posteriores a la rendición de Alemania nazi, debían llevar a cabo una ofensiva terrestre, aérea y naval a gran escala sobre los territorios ocupados por la URSS.
La operación tenía como objetivo imponer a la Unión Soviética "la voluntad de Estados Unidos y el Imperio Británico". El excomandante de la Artillería Real y general de brigada Jeffrey Thompson, que tenía experiencia en el terreno de Europa del Este, fue el encargado de organizar la ofensiva.
La tarea de Thompson era lanzar un ataque sorpresa contra las fuerzas soviéticas en un plazo de ocho semanas. Su plan de batalla incluía empujar al Ejército Rojo de vuelta a los ríos Óder y Neisse, a unos 88 kilómetros al este de la capital alemana, con la ayuda de divisiones británicas y estadounidenses.
"La fecha para el inicio de las hostilidades es el 1 de julio de 1945", escribió Thompson en su plan. El asalto inicial iba a ser seguido por el mayor enfrentamiento de tanques de la historia en un campo cercano a Schneidemühl, la actual ciudad de Pila, situada en el noroeste de Polonia. La Operación Impensable tenía que involucrar a más de 8.000 vehículos y utilizaría fuerzas estadounidenses, británicas, canadienses y polacas.
Sin embargo, debido a que el Ejército soviético disponía en el terreno de 170 divisiones en comparación con las 47 divisiones de las fuerzas británicas y estadounidenses, Thompson reconoció la necesidad de buscar fuerzas adicionales y planteó una propuesta muy controvertida para rearmar a unidades de la Wehrmacht (las Fuerzas Armadas unificadas de la Alemania nazi) y de las Schutzstaffel (más conocidas como SS) que se habrían sumado al contingente. Además, el general abogó por limitar las exportaciones de caucho, aluminio, cobre y explosivos a la URSS, lo que, en su opinión, debilitaría al país.
Según el periódico, el documento del plan incluye un gran número de detalles, tablas, gráficos y mapas de la ofensiva. Cuatro anexos enumeran la disposición precisa de las fuerzas soviéticas y aliadas, junto con propuestas para el bombardeo aéreo de comunicaciones estratégicas y el uso de apoyo táctico para las fuerzas terrestres.
No obstante, el principal asesor militar del primer ministro británico, el general Hastings Ismay, era escéptico sobre el plan de batalla y se horrorizó con la propuesta de incluir a las fuerzas de la Wehrmacht y de las SS en la ofensiva, algo que definió como "absolutamente imposible de contemplar para los líderes de los países democráticos". Además, recordó que el Gobierno británico había pasado los últimos cinco años diciéndole a su población que los soviéticos "habían hecho la mayor parte de los combates y soportado un sufrimiento indecible". Según Ismay, un ataque contra la URSS inmediatamente después de la guerra supondría un "desastre" para la moral del país.
Ismay fue apoyado por el mariscal de campo Alan Brooke, quien creía que las posibilidades de lograr una victoria rápida sobre la Unión Soviética en una ofensiva como la planeada eran casi inexistentes.
El desacuerdo de los líderes militares británicos hizo abortar la operación. Por su parte, Churchill se lamentó por este resultado, ya que temía que en cualquier momento el Ejército Rojo lanzase una ofensiva sobre Europa y estallara una Tercera Guerra Mundial.
Según The Telegraph, el plan aún se encuentra en una carpeta llamada 'Rusia: una amenaza para la civilización occidental' con un sello de "alto secreto".