La deportación del activista argentino Juan Grabois, a quien se le impidió el ingreso a Colombia, volvió a tensar la relación entre los gobiernos de Iván Duque y Alberto Fernández, quienes ya sostuvieron un incidente diplomático a principios de mayo.
El martes, Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), llegó a Bogotá junto con una comitiva de 20 líderes sociales de Argentina que llevaban como misión observar las protestas que se viven en Colombia desde el pasado 28 de abril, que han sido reprimidas por las fuerzas de Seguridad y que le han generado a Duque una grave crisis política debido a las múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos.
Grabois adquirió hace años notoriedad pública en Argentina gracias a que es uno de los personajes más cercanos al papa Francisco, a quien suele ver o comunicarse con frecuencia. Además, sus recurrentes críticas a la gestión de Fernández han desatado fuertes polémicas porque es considerado uno de los líderes más radicales de los sectores sociales que apoyan al peronismo.
Gracias a este protagonismo, se incorporó a la misión de observadores independientes de las protestas en Colombia, pero el martes por la noche comenzó a circular un video en el que las autoridades migratorias de ese país le impedían el ingreso.
Ismael Jalil, otro de los activistas que viajó a Bogotá por invitación de diversas organizaciones, también estuvo a punto de no entrar, pero finalmente solo fue demorado al intentar defender a Grabois, quien finalmente fue deportado de regreso a Buenos Aires.
Los 19 dirigentes sociales que lograron pasar permanecerán en Colombia hasta el 2 de junio. En este lapso tienen previsto asistir a protestas en diferentes ciudades, entrevistar a los manifestantes, reunirse con organizaciones locales y después realizar un informe.
Además de la CTEP, en la delegación hay representantes del Servicio de Paz de Justicia, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, la Asociación Americana de Juristas, el Frente de Organizaciones en Lucha y la Asociación de Trabajadores del Estado.
Críticas
El canciller argentino, Felipe Solá, lamentó este lunes que las autoridades colombianas hayan deportado a Grabois, lo que se suma a las críticas que a principios de mayo lanzó el presidente argentino.
"Con preocupación observo la represión desatada ante las protestas sociales ocurridas en Colombia. Ruego porque el pueblo colombiano retome la paz social e insto a su gobierno a que, en resguardo de los derechos humanos, cese la singular violencia institucional que se ha ejercido", convocó Fernández, lo que provocó una respuesta oficial del Gobierno de Duque.
"Cancillería, en nombre del Gobierno de Colombia, rechaza firmemente las declaraciones del presidente Alberto Fernández, que desconocen que miles de colombianos han tenido, conforme a nuestro Estado de Derecho, todas las garantías para ejercer la protesta pacífica a lo largo y ancho del país", señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Con respecto a la deportación de Grabois, las autoridades migratorias aseguraron que el dirigente se portó de manera agresiva cuando se le señaló que tenía irregularidades en su documentación, ya que su pasaporte estaba vencido.
Sin embargo, los ciudadanos argentinos pueden entrar a Colombia con el Documento Nacional de Identidad (DNI), que fue con lo que ingresaron los otros 19 dirigentes que formaban parte de la comitiva, ya que ambos países forman parte del Mercado Común del Sur (Mercosur).
"Un ciudadano de nacionalidad argentina, quien se negó a que se realizara una verificación de sus documentos, luego de que el sistema arrojara una alerta por vencimiento de su pasaporte y faltó al respeto al Oficial de Migración y Supervisor a cargo, fue inadmitido de acuerdo con lo estipulado en el Artículo 2 del decreto 1727 del 21 de diciembre de 2020", señaló Migraciones de Colombia en un comunicado en el que jamás mencionó a Grabois por su nombre.
"El extranjero, quien de forma vehemente, exigía su ingreso al país, basado en quién era y quiénes lo había invitado, fue dejado a disposición de la aerolínea con el fin de que se cumpla la orden de inadmisión. Migración Colombia rechaza este tipo de comportamientos, así como las presiones ejercidas para autorizar su ingreso e invita a los ciudadanos nacionales y extranjeros a respetar la normatividad nacional", agregó al subrayar que las autoridades migratorias tienen facultades para rechazar de manera discrecional el paso de extranjeros, como lo demuestra el hecho de que en lo que va de 2021, ya fueron inadmitidas más 1.500 personas.
Cecilia González
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