Un estudio revela los posibles peligros que entraña el volcán más grande del mundo

Se trata del Mauna Loa, ubicado en la isla de Hawái (EE.UU.). Basándose en las mediciones de la afluencia del magma ocurrida desde 2014, los especialistas vaticinan un sismo bajo los efectos de la tensión topográfica de la roca adyacente.

Mauna Loa, ubicado en la isla de Hawái (EE.UU), considerado como el mayor volcán de escudo activo del mundo, podría entrar en erupción en el futuro previsible precedida por un posible terremoto. Así lo concluyó un grupo de científicos de la Universidad de Miami que logró modelar el flujo del magma dentro del volcán entre los años 2014 y 2020, recurriendo a los rastreos GPS y datos satelitales. La investigación fue publicada este mes en la revista Nature Scientific Reports.

Basándose en las mediciones de la afluencia del magma ocurrida desde 2014, los especialistas vaticinan un posible sismo bajo los efectos de la tensión topográfica de la roca adyacente.

"Un terremoto de magnitud 6 o mayor aliviaría la tensión impartida por la afluencia de magma a lo largo de una falla subhorizontal bajo el flanco occidental del volcán. Este sismo podría desencadenar una erupción", aseveró el autor principal del estudio Bhuvan Varugu.

Los expertos establecieron que un total de 0,11 kilómetros cuadrados de la nueva lava entraron en un punto de la cámara volcánica a lo largo de seis años, cambiando de dirección debido a la presión ejercida sobre las masas de roca fundida. Tales movimientos de la lava, nunca antes medidos, junto con los cambios del terreno a lo largo de la falla en la que se sitúa el volcán repercuten en su forma y posibilidad de entrar en erupción.

Utilidad de la investigación

En caso de que Mauna Loa cuente con nuevas penetraciones de lava, se incrementará el riesgo de un movimiento telúrico y una erupción en adelante, pues el cráter ya está bajo una carga topográfica "bastante pesada". Sin embargo, otro factor que podría provocar dichas evoluciones terrestres es la falta de actividades bajo el flanco occidental del volcán.

"Un terremoto podría cambiar las cosas. Liberaría gases del magma comparables a la agitación de una botella de refresco, generando una presión y flotabilidad adicionales, suficientes para romper la roca por encima del magma", explicó Falk Amelung, uno de los participantes del equipo investigador.

Los resultados del estudio sirven para intentar predecir futuros terremotos y erupciones e incrementar así la seguridad de los habitantes locales.

En 1950, la roca fundida de Mauna Loa liberada tras una erupción tardó tres horas en alcanzar la costa de la isla. Aquel estallido, junto con el de 1984 tuvieron lugar después de que el territorio fuera sacudido por terremotos de gran magnitud.