El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció este jueves que en las fiestas patrias del 15 y 16 de septiembre la Lotería Nacional rifará bienes y un palco en el Estadio Azteca, en Ciudad de México, para obtener fondos que serán destinados a programas sociales y a la compra de vacunas contra el coronavirus.
"Siempre la Lotería Nacional, sobre todo en esta nueva etapa, pues sus utilidades son para beneficio del pueblo, por eso es beneficencia pública. La rifa o sorteo del 15 y el 16 tiene que ver con obtener también fondos, nada más que es vendiendo propiedades, residencias, hasta un palco que tenía el Gobierno en el Estadio Azteca", afirmó.
El anuncio de López Obrador demuestra nuevamente el exceso de gasto de fondos públicos que ejercían los gobiernos anteriores, ya que no se justifica que hubieran comprado un espacio en la cancha más popular del país solamente para ver los partidos de futbol.
"Todo eso se va a entregar a la gente, se va a rifar para que esos ingresos ayuden en la compra de vacunas, medicinas, para becas, para el pueblo, para devolverle al pueblo lo robado. Todo lo que podamos recuperar", señaló López Obrador en su conferencia mañanera.
Sin embargo, también aclaró que, más allá del sorteo, el presupuesto para vacunas y medicinas ya está garantizado, gracias en parte a que su Gobierno realizó acuerdos para comprar remedios y material de curación en el extranjero con el fin de terminar con la concentración del mercado que estaba en manos de unas cuantas firmas en el país y que, a la larga, provocó desabastecimiento.
"Lo de la rifa ayuda, todo ayuda a fortalecer las finanzas, a tener el presupuesto y a que se apoyen los programas de bienestar", señaló después de que el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, revelara que, gracias al nuevo esquema de compras de medicamentos en el mercado internacional, el país ahorró 11.880 millones de pesos (alrededor de medio millón de dólares).
El año pasado, López Obrador desató una fuerte polémica al rifar el avión presidencial que había comprado su antecesor, Enrique Peña Nieto, y que se transformó en un símbolo de la corrupción en México.
En realidad, el sorteo fue simbólico porque la aeronave no quedó en manos de ningún ciudadano, y los fondos obtenidos se destinaron a programas de salud.