La Fuerza Aérea de Malasia comunicó este martes que desplegó sus cazas para interceptar 16 aviones militares chinos, tras detectar una actividad "sospechosa" sobre el mar de la China Meridional, frente a las costas del país y calificó el incidente como una "grave amenaza para la soberanía nacional y la seguridad de los vuelos".
Según detallaron los militares malasios, las aeronaves chinas –entre ellas aviones de transporte militar Ilyushin Il-76 y Xian Y-20– volaron este lunes a menos de 60 millas náuticas (111 kilómetros) del estado de Sarawak, ubicado en la isla de Borneo, recoge Reuters. Agregaron que los aviones del gigante asiático no se pusieron en contacto con el control de tráfico aéreo regional, a pesar de recibir varias instrucciones al respecto.
Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores malasio, Hishammuddin Hussein, anunció que su país emitirá una nota de protesta diplomática y convocará al embajador chino para que explique la "intrusión" y "violación del espacio aéreo y la soberanía de Malasia". "La postura de Malasia es clara: tener relaciones diplomáticas amistosas con cualquier país no significa que vayamos a comprometer nuestra seguridad nacional", subrayó en un comunicado.
Respuesta de China
Por su parte, la Embajada de China en Malasia afirmó que sus aviones realizaban un entrenamiento de vuelo rutinario y "cumplían estrictamente" con el derecho internacional, sin violar el espacio aéreo de otros países.
"China y Malasia son vecinos amistosos, y China está dispuesta a continuar las consultas bilaterales amistosas con Malasia para mantener conjuntamente la paz y la estabilidad regionales", aseguró un portavoz.
Zona en disputa
El mar de la China Meridional ha sido fuente constante de tensiones durante años, al ser objeto de reclamaciones territoriales y marítimas de múltiples actores: China, Vietnam, Filipinas, Taiwán, Malasia, Indonesia y Brunéi.
La región, rica en recursos, es también una importante vía internacional por la que pasan billones de dólares en tráfico marítimo cada año. Un fallo del 2016 del tribunal de arbitraje de La Haya estipuló que la pretensión de Pekín a una soberanía casi total sobre el mar de la China Meridional era incompatible con el derecho internacional.