La administración de Alberto Fernández anunció este miércoles desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada la presentación de un proyecto de ley para regular la producción del cannabis con fines medicinales y del cáñamo, cuyos derivados son útiles para fabricaciones industriales, destacándose principalmente el rubro textil.
Al darle un marco legal, el Ejecutivo pretende crear 10.000 puestos de trabajo en los próximos tres años, para un sector que incluye unas 200 actividades derivadas. También se busca dinamizar al mercado interno y recibir dólares por las futuras exportaciones, una divisa preciada en ese país sudamericano, urgido en deudas con organismos internacionales de crédito.
"Argentina puede ser líder regional", sostuvo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. "El objetivo es darle un ordenamiento a la cadena productiva, priorizando a las pequeñas y medianas empresas del sector, junto a cooperativas, que hoy tienen un marco regulatorio débil", comentó el político para este medio. En efecto, la legislación vigente determina "la elaboración con fines experimentales, y no a gran escala", por eso se pensó en la nueva normativa.
Sobre los destinos de la planta, además de los fines terapéuticos y dietarios del cannabis, el dirigente mencionó posibles usos del cáñamo: "Ofrece una gran variedad de alternativas, por ejemplo como insumo para indumentaria, material de construcción y autopartes. Son muchísimas las aplicaciones".
Para su correcto cumplimiento, el Ejecutivo propone crear la Agencia Reguladora de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), encargada de fiscalizar el sistema productivo. Su rol más importante será el de otorgar autorizaciones para la producción, comercialización interna y exportación.
Por otro lado, el entrevistado aclaró que el proyecto no propone legalizar la producción cannábica con fines recreativos, y el Gobierno peronista tampoco dio nuevas definiciones al respecto.
Fortalezas locales para incentivar la actividad
En cuanto al potencial de la nación del Cono Sur, Kulfas remarcó que el país ya tiene antecedentes en investigación científica, liderazgo en la producción agropecuaria y suelos acordes para los cultivos. Todo esto sumado a numerosas organizaciones de la sociedad civil abocadas a la materia y otras iniciativas previas en diversas jurisdicciones, que sirvieron como antesala para diseñar estas reglas de carácter nacional.
Entre esas experiencias, se destacan casos como el de Villa Ciudad Parque, un pequeño pueblo en la provincia de Córdoba donde la Intendencia permitió el cultivo de cannabis medicinal a mediados del 2020 para reactivar la economía, en medio de la paralización turística por la pandemia.
Así, tras hacerlo público, se espera que Presidencia envíe el proyecto al Congreso en los próximos días. En efecto, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo le dijeron a RT que esto ocurriría la próxima semana, y el texto podría ingresar por la Cámara de Diputados. Por su parte, en el Gobierno hay optimismo porque el oficialismo es la fuerza con mayor cantidad de bancas en ambos recintos, pero también se obtuvieron apoyos de otros frentes políticos.
"Hemos conversado con legisladores de la oposición y algunos han manifestado interés", adelantó el ministro. Una señal de ello la brindó el gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales, un viejo aliado del expresidente Mauricio Macri quien ya celebró la propuesta. Al respecto, Kulfas agregó: "Buscamos un consenso. El derecho a la salud y el desarrollo productivo, son temas que deben trascender".
Salir del prohibicionismo
Durante la presentación, la diputada Mara Bawer repasó que desde los inicios de Argentina como país, algunos próceres ya hablaban sobre el potencial del cáñamo: "Recuperamos el sueño de Juan Manuel Belgrano –apodado 'el padre de la patria'- con la tecnología del siglo XXI", celebró.
Más en detalle, el fundador del sitio El Planteo, Javier Hasse, le explica a RT que la industria basada en esta planta no es nada nueva. Igualmente, aclara que Latinoamérica siguió las tendencias emanadas desde Washington: "El cáñamo se hizo ilegal en EE.UU. en septiembre de 1937, como parte de una ley que buscaba prohibir la marihuana para su consumo. Tenía fuertes orígenes racistas, diseñada para perseguir a comunidades latinas y afroamericanas", introduce.
"Esa ley, ese movimiento prohibicionista, tomó fuerza y fue aplicado en casi todo el mundo, manteniendo al cultivo del cáñamo relativamente ilegal. En algunos países se permitía, pero sin que la industria fuese un foco de desarrollo", añade. Y va más allá: "En 2014, EE.UU. hizo algunos experimentos para permitir cultivos de cáñamo, y en 2018 la 'relegalizaron' a nivel nacional. Esto produjo un movimiento de relegalización en las Américas".
Estimaciones económicas
Hasse también es experto en finanzas vinculadas al cannabis, y brinda sus expectativas tras el anuncio gubernamental. De forma preliminar, el ministro Kulfas ya dijo públicamente que pretende generar 500 millones de dólares en el mercado interno argentino y 50 millones de exportaciones para el 2025. "Sin embargo, las estimaciones para uso medicinal y adulto, a menudo son más altas. La firma Prohibition Partners calcula que en América Latina el mercado podría alcanzar los 12.700 millones de dólares para el 2028", comenta.
El cáñamo, que no posee efectos psicotrópicos, tiene un comercio en pleno ascenso. Según el especialista, su mercado a nivel mundial "estaba valuado en 5.000 millones de dólares en 2019, y se estima que llegará a unos 36 o 40.000 millones de dólares en ventas para el 2026".
Sobre el "uso adulto" del cannabis, Hasse opina que si el Gobierno argentino tuviese en cuenta su producción industrial, los 10.000 puestos laborales prometidos podrían triplicarse en los próximos años.
Por otro lado, destaca la intención de fomentar la participación de pequeñas empresas en el modelo productivo, porque "algo que se ha visto en la industria del cannabis, en casi todo el mundo, es que se ha fallado en cumplir la promesa de ser inclusiva y diversa". Y cierra: "El acceso a las licencias y el desarrollo del negocio se volvió tan caro, que terminó siendo prohibitivo. Hay que asegurarse que la industria en Argentina sea accesible para emprendedores locales, y no solo para el capital extranjero".
Leandro Lutzky
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