China ha probado con éxito un sistema de paracaídas de alta tecnología de 300 metros cuadrados durante un vuelo de su cohete portador Long March-3B, que fue lanzado el jueves de la semana pasada para colocar en la órbita el satélite meteorológico Fengyun-4B, informa el rotativo chino Global Times.
Este avance tecnológico permitirá un control más preciso de los desechos del cohete después del lanzamiento y aumentará la seguridad de los lanzamientos espaciales, informa Global Times remitiéndose a la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT), la organización más grande de China para la investigación, desarrollo y producción de misiles y cohetes portadores.
El sistema de paracaídas se instaló en lo alto de uno de los cuatro propulsores del Long March-3B y se activó después de que el cohete propulsor se separó de la nave y cayó desde una altitud preestablecida.
Luego, dos paracaídas se abrieron en una secuencia programada para controlar su altitud y dirección, y con la ayuda del posicionamiento continuo mediante la navegación vía satélite, el propulsor realizó un aterrizaje preciso y controlado, anunció este lunes la Academia.
La CALT ha anunciado que el objetivo de su proyecto es reducir el rango del área de la caída de escombros en un 85 %.
La reciente prueba ya demostró que el sistema de paracaídas de 300 metros cuadrados acercaría a sus desarrolladores a la meta temporal de reducir el rango del área de aterrizaje del cohete-portador en un 70 %, según CALT.