Un pastor combate en Internet a los traficantes que se aprovechan de los migrantes que quieren entrar en EE.UU.

Gustavo Banda dirige un refugio en una iglesia de Tijuana (México), donde acaban algunas de las personas que son deportadas tras intentar llegar al país norteamericano.

El pastor Gustavo Banda, dirige un refugio en una iglesia de Tijuana (Sonora, México), combate a diario en Internet la influencia de los traficantes de personas —también denominados 'coyotes'— que se aprovechan de los migrantes que quieren entrar en EE.UU., informaron este jueves medios locales.  

Banda pasa entre una y tres horas al día en Facebook advirtiendo a personas desesperadas por llegar al país norteamericano del peligro que corren de ser embaucados por traficantes de personas, que anuncian sus servicios en distintos grupos de la red social.

"Una completa mentira"

Los migrantes contactan en Facebook o WhatsApp con los 'coyotes', que les prometen un pasaje seguro a Estados Unidos. Muchos de ellos entregan los ahorros de toda su vida (varios miles de dólares) a los traficantes, pero, en lugar de lograr el 'sueño americano', sufren todo tipo de violencia y de extorsión durante el camino y terminan siendo deportados a México. Algunos de ellos acaban en el refugio de Banda.

"Les digo a todos que esto es una completa mentira", explica el hombre, mientras señala en la pantalla de su portátil uno de los grupos en los que interactúan migrantes y 'coyotes'. "Si necesitan ayuda para intentar cruzar, deberían conseguir un abogado y hacerlo de manera legal", sugiere.

"Los 'coyotes' pintan esa imagen perfecta del viaje, pero veo a la gente cuando llega y veo a los niños, que a veces están enfermos o moribundos", se lamenta Banda.

¿Cómo les ayudan?

La mayoría de las personas que terminan en su refugio son migrantes de Centroamérica que escapan de la inestabilidad, la pobreza, la amenaza del reclutamiento de pandillas y la violencia. De hecho, muchos de ellos han intentado al menos en una ocasión llegar a territorio estadounidense, generalmente a través de Texas, donde la frontera está menos patrullada.

El pastor asegura que los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos suelen decir a las familias detenidas al otro lado de la frontera que las están llevando a California, y solo cuando llegan al refugio situado en Baja California se dan cuenta de su situación. "Cuando digo 'estás en México, no estás en EE.UU.' empiezan a llorar", relata.

En su refugio los migrantes cuentan con profesionales de la salud para afrontar traumas, enfermedades y lesiones, así como con abogados que les asisten a la hora de tomar declaraciones con el objetivo de comenzar las solicitudes de asilo.

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