Jair Bolsonaro puede ver su futuro político comprometido con la comisión del Senado que investiga su gestión de la pandemia, pero sigue con su dinámica provocadora a pesar de su desgastada popularidad.
Con el país rozando ya los 500.000 muertos por la pandemia, el mandatario lideró el fin de semana en Sao Paulo una masiva concentración de motos, bautizada "Acelera para Cristo", en la que se desplegaron 6.300 agentes para mantener la seguridad, lo que costó más de 230.000 dólares.
En un claro desafío y contradiciendo las normas sanitarias, Bolsonaro no llevó mascara. Tampoco lo hicieron su hijo Eduardo, tres de sus ministros y varios diputados. Todos fueron multados.
Frente a cientos de seguidores, el ultraderechista se manifestó en contra del tapabocas, del aislamiento social, se mostró a favor de los medicamentos sin eficacia científica comprobada contra el covid-19 y repitió que hubo un exceso de notificaciones de muertes por el virus.
Todo estos temas los repitió con especial énfasis la semana pasada. El ultraderechista escandalizó al Tribunal Federal de Cuentas al afirmar que uno de sus informes señalaba que alrededor del 50 % de las muertes por covid-19 de 2020 no fueron por el virus. El organismo negó rápidamente este extremo.
También culpó "de inflar las cifras" a los gobernadores, con quienes desde el comienzo de la pandemia se declaró en "guerra" por sus medidas desplegadas para frenar el covid-19.
Los especialistas se echaron las manos a la cabeza cuando Bolsonaro comunicó que había hablado con el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, para poner en marcha una normativa que permita que no sea obligatorio el uso de mascarillas para las personas vacunadas y las que se han recuperado del coronavirus.
El mensaje de los expertos fue unánime: la mascarilla es necesaria para protegerse del virus.
"La estrategia de Bolsonaro pasa por cuestionar muchos aspectos del mensaje de los expertos con respecto a la pandemia y, por otro lado, desea volver a una normalidad económica cueste lo que cueste", asegura a RT el analista Thomaz Favaro, director de la consultoría estratégica Control Risks Brasil.
En campaña
Tras una agitada semana de actos, el viernes, Bolsonaro entró por sorpresa en un avión para sacarse fotos con los pasajeros y muchos lo abuchearon al grito de "Fora, Bolsonaro", mientras otros lo llamaron "mito".
Los analistas coinciden en que Bolsonaro ya está en campaña y está mostrando su discurso de cara a las elecciones presidenciales de 2022, donde la pandemia será uno de los temas principales.
Además, varios expertos critican que el ultraderechista está utilizando el dinero público del Estado para llevar a cabo "una campaña millonaria".
Según un reciente sondeo, el 49 % de los brasileños son favorables a un 'impeachment' contra el mandatario y un 55 % coloca al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva como favorito para ganar las presidenciales.