El mayor proyecto hidroeléctrico del mundo: magnate busca desarrollar en África una enorme planta con más capacidad que la Presa de las Tres Gargantas
El conocido empresario y filántropo australiano Andrew Forrest está en movimiento para impulsar un multimillonario proyecto hidroeléctrico en la República Democrática del Congo como parte de su agenda de inversión en fuentes de energía renovable, informa el Australian Financial Review.
La compañía Fortescue Metals Group (presidida por Forrest y dedicada principalmente a la minería de hierro) ha estado adelantando negociaciones con el Gobierno del país africano para obtener derechos exclusivos sobre el desarrollo de la Gran Presa de Inga, una central hidroeléctrica que tendría la capacidad de producir 42.000 megavatios por hora, el doble de la Presa de las Tres Gargantas de China, que es la mayor planta hidroeléctrica del mundo.
"Tenemos varias partes muy interesadas en apoyar nuestros proyectos y Fortescue invertirá en su nombre y en el de sus socios más de 100.000 millones de dólares en el desarrollo de las principales plantas hidroeléctricas, solares y geotérmicas de África", aseguró Forrest, quien ha decidido convertir a Fortescue en un importante productor de energía limpia durante la próxima década y ha estado recorriendo el mundo en busca de oportunidades de inversión.
Según el empresario, la compañía ya habría llegado a un acuerdo con la República Democrática del Congo para impulsar el conjunto de proyectos Gran Inga y otros en Kenia y Etiopía.
Forrest señaló, además, que los proyectos de Fortescue tendrían el potencial de generar más de 100 gigavatios de electricidad 'verde', que se dedicarían principalmente a la producción de hidrógeno en África para los mercados europeos. "Tenemos un firme interés por al menos esa cantidad en Europa", aseguró.
Por su parte, Alexy Kayembe De Bampende, asesor especial del presidente Felix Tshisekedi para las infraestructuras, confirmó a Reuters que Fortescue liderará el proyecto y será "la única operadora de toda la Gran Inga", desde la tercera a la octava fase. Además, afirmó que tuvieron lugar discusiones entre Fortescue, la operadora china de la Presa de las Tres Gargantas, y AEE Power, con sede en España, para trabajar juntos en el proyecto.
¿Dónde se ubicará?
La Gran Presa de Inga, de ser construida, se localizará en la proximidad de las cataratas de Inga, en la provincia del Bajo-Congo, a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad de Matadi. Dos embalses, el Inga I y el Inga II, ya existen en la zona, por lo que esta sería la tercera fase del proyecto, que prevé cinco fases más. La central, además, contribuiría enormemente a solucionar el problema de la falta de acceso a la energía eléctrica en gran parte del África subsahariana.
Sin embargo, el proyecto no está libre de obstáculos, pues aún se enfrenta al rechazo de los ambientalistas y al hecho de que la República Democrática del Congo es uno de los países más corruptos del mundo.
Inicios del proyecto y retrasos
El potencial hidroeléctrico del río Congo ya se discutía desde las primeras décadas del siglo pasado. De hecho, en el año 1921, el Servicio Geológico de Estados Unidos concluyó que la cuenca del Congo en su totalidad poseía "más de una cuarta parte de la energía hidráulica potencial del mundo".
La primera fase del proyecto de la Gran Presa de Inga se inició en la década de 1960 y fue denominada 'Inga I'. La construcción fue financiada principalmente por el Gobierno y se llevó a cabo de 1968 a 1972. Luego, en 1982 fue inaugurada la segunda fase, Inga II. Desde entonces, está en desarrollo la tercera fase y el Gobierno de la República Democrática del Congo ha estado buscando financiamiento nacional e internacional. No obstante, la corrupción y los cambios políticos y sociales del país han provocado constantes retrasos.
Por ejemplo, en el año 2016 el Banco Mundial canceló su apoyo a Inga III debido a desacuerdos con la República Democrática del Congo sobre la dirección del proyecto. Por otro lado, el expresidente Joseph Kabila había designado en el 2018 a compañías chinas y españolas como codesarrolladoras del proyecto, pero al actual líder del país, Felix Tshisekedi, no le convenció la propuesta y declaró que preferiría un proyecto a menor escala, por lo que la constructora española ACS acabó retirándose el año pasado.