Un ciudadano británico, detenido el pasado 9 de mayo en Singapur por no usar la mascarilla en el Metro de Singapur e instar a otros a no usarla, puede enfrentarse a una pena de hasta 6 meses de prisión.
Benjamin Glynn, de 39 años, fue detenido por "alteración del orden público" al día siguiente, después de que un hombre publicara un video en el que el británico no llevaba puesta la mascarilla en un convoy del metro.
Aunque Glynn afirma que normalmente no tiene ningún problema por no llevar la mascarilla puesta, ya que está "exento", el video demuestra que el hombre no solo estaba sin mascarilla, sino también intentaba convencer a los demás de que se quitaran las suyas.
"Soy muy religioso… No soporto ver a la gente, abuelos con la mascarilla puesta", dijo Glynn en el video a otros pasajeros, mientras estos se apartaban de él.
El incidente ocurrió semanas antes de su previsto regreso al Reino Unido, donde había recibido una oferta de trabajo. Dado que la Policía le retiró el pasaporte, Glynn, quien trabajaba en Singapur desde el 2017, ya no podrá volver a su tierra natal, por lo que ha perdido su trabajo. Su familia ha regresado al Reino Unido, mientras que Glynn sigue esperando sentencia en Singapur.
Después de pasar 28 horas en presión preventiva, Glynn teme que tenga que esperar hasta 12 meses para que comience su juicio.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores británico y de la Mancomunidad de Naciones ha indicado que está monitoreando el caso y prestará asistencia al ciudadano.
En Singapur, quienes no cumplen con las medidas sanitarias establecidas pueden ser condenados a 6 meses de prisión o multados con 10.000 dólares de Singapur (unos 7.440 dólares).