Un estudio revela que las familias más ricas de EE.UU. mantienen sus activos en lugar de crear nueva riqueza
La mayoría de las familias más ricas de Estados Unidos han optado por mantener sus activos en lugar de crear nueva riqueza, según un estudio elaborado por el Instituto de Estudios Políticos (IEP).
El informe indica que, en 2020, las 50 dinastías familiares multimillonarias más ricas del país norteamericano tenían en conjunto 1,2 billones de dólares en activos, frente a los aproximadamente 2,5 billones de dólares que representan juntas 65 millones de familias de ciudadanos de esa nación.
"Promover sus intereses"
La riqueza de esas familias creció diez veces más que la de las familias ordinarias. Para las 27 estirpes que estaban tanto en la lista Forbes de 1983 como en la del año pasado, sus activos combinados han aumentado en un 1.007 % durante esos 37 años. Esto supone un incremento de 80.200 a 903.200 millones de dólares ajustados a la inflación.
De hecho, esas familias más acaudaladas han sido testigos de un crecimiento significativo de su fortuna durante la pandemia del covid-19. Como señala el texto del IEP, desde marzo de 2020, las principales diez dinastías familiares que figuran en la lista Forbes vieron cómo su patrimonio neto aumentó de media un 25 %.
"Las familias dinásticamente ricas ejercen una gran cantidad de poder político y lo utilizan para promover sus intereses", afirma el estudio. "Algunas gastan millones en presionar para políticas fiscales, laborales y comerciales favorables", añade.
¿Qué proponen?
Asimismo, asegura que también explotan su poder filantrópico a través de organizaciones benéficas y fundaciones, algunas de las cuales financian grupos que trabajan para reducir los impuestos a los más pudientes y revertir las regulaciones que limitan las ganancias corporativas. Se estima que las 50 familias más ricas han creado un total de 248 entidades de ese tipo, que en conjunto poseen más de 51.000 millones de dólares en activos.
Para solventar esta situación, el informe propone promulgar políticas económicas que fortalezcan a la sociedad en su conjunto, garantizando así la igualdad de oportunidades y la dignidad para todos los ciudadanos, no solo para unos pocos.
"Esa riqueza hereditaria (corporativa, personal y filantrópica) se puede utilizar para preservar y acelerar aún más los desequilibrios de poder e influencia", explican. "Necesitamos un sistema tributario más progresivo, así como nuevos esfuerzos para cerrar el sistema de riqueza oculta", concluyen.
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