Imágenes por satélite de la Agencia Espacial Europea evidencian el terrible impacto de la sequía en California
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) compartió recientemente dos imágenes obtenidas por satélite que muestran las devastadoras consecuencias de la sequía que azota el oeste de EE.UU.
Se trata de dos fotos en las que se aprecia parte del bosque nacional de Ángeles y el embalse de San Gabriel, en el sur de California. Una de las imágenes fue tomada en junio de 2020, mientras que la otra se corresponde a junio de este año. El contraste entre ambas fotos resulta tan revelador como impactante.
En la primera imagen, las colinas del parque nacional están salpicadas de verdor y el embalse se ve más ancho, con un color azul brillante.
Sin embargo, en la de 2021 predominan los colores pálidos y marrones y el embalse parece casi vacío.
El oeste de EE.UU es conocido por sus frecuentes sequías estivales, pero en los últimos años estos fenómenos se han acentuado considerablemente. Desde 2011 hasta 2018, el estado de California sufrió una de las peores y más largas sequías desde que se tienen registros. 2019 y 2020 fueron años hidrológicos más normales y permitieron que los bosques y las reservas de agua comenzaran a recuperarse. Sin embargo, este periodo benigno no duró demasiado, pues la sequía volvió a notarse con fuerza en los primeros meses de 2021, registrándose el febrero más seco de la historia de las observaciones meteorológicas en la zona. Desde entonces, las condiciones no han vuelto a mejorar.
A primeros de junio, el lago Mead, en el río Colorado, el mayor embalse artificial de EE.UU., situado entre Nevada y Arizona, alcanzó su mínimo histórico. Según datos de la Oficina de Recuperación del Departamento de Interior, el nivel de sus aguas cayó hastq los 326,6 metros, el más bajo desde la construcción de la presa en la década de 1930. Los niveles del lago Mead son fluctuantes a lo largo del año y dependen de patrones climáticos, del consumo y de la evaporación. Las autoridades calculan que el nivel del agua caerá a los 324 metros antes de empezar a recuperarse en noviembre, cuando disminuyan las necesidades de la agricultura.
Según los científicos, los cambios climáticos en el oeste de EE.UU. son la continuación de una 'megasequía' que arrancó a principios del siglo XXI.
Esta tendencia tiene su reflejo, además, en los incendios forestales más intensos y peligrosos registrados en muchos años, así como en el predominio de tierras agrícolas resecas y con vegetación insuficiente para la ganadería y, en general, toda la fauna. Los especialistas alertan de que habrán aún más repercusiones negativas.