'Okupas': culto y vigencia en la serie argentina que regresa de la mano de Netflix tras más de 20 años
Ezequiel S. lo recuerda bien. Fue en el 2005, a sus nueve años. Su familia había dejado una precaria casa en la Provincia de Buenos Aires para instalarse en un nuevo hogar de la Capital Federal. Las calles de tierra y los descampados del Conurbano eran reemplazados por el asfalto y los ruidos de una ciudad eléctrica y noctámbula. La puerta de madera alta y angosta, los ventanales esmerilados que llegaban hasta el techo, los cuartos enormes, el piso en cubos blancos y negros como un tablero de ajedrez. Ezequiel llegaba a un nuevo domicilio en el barrio San Cristóbal. Su padre se lo había explicado sin vueltas: alquilarían allí por un tiempo y luego regresarían con toda la familia a su casa original. Sin embargo, nada de eso ocurrió: la renta no se pagaba, nunca volvieron al Conurbano y su familia había pasado a vivir junto a completos extraños.
"Para mí era como un juego", dice Ezequiel a RT. "Había otros chicos de mi edad para patear una pelota o andar por la calle hasta tarde y eso era divertido". Su familia había llegado a una casa ocupada por inquilinos que no eran sus dueños originales, una práctica muy común en la Capital Federal e impulsada por la crisis habitacional y el nulo acceso a una vivienda digna para los sectores más empobrecidos. En sus más de quince años viviendo ahí, Ezequiel, hoy de 24 años, "vio de todo": intentos de desalojos por parte de la Policía, familias que llegaban un día y se iban al otro, incluso desconocidos que querían tomar la propiedad por la fuerza y sacarlos a la calle. "Uno aprende a vivir con eso después y defiende lo que es suyo". Suyo, dice Ezequiel. Suyo, dirá, durante toda la entrevista.
El anuncio lo hizo Netflix a través de su cuenta oficial: la multipremiada serie argentina 'Okupas' llegará a la plataforma digital de películas más utilizada en el mundo el próximo 20 de julio. Sus fanáticos celebraron la noticia como una premiación. La ficción, estrenada en el año 2000, marcó a generaciones enteras y se transformó en un consumo televisivo de culto que nunca perdió vigencia. No solo porque ─21 años después─ sus capítulos, escenas y diálogos aún circulan por las redes sociales en forma de memes y calcomanías de WhatsApp; tampoco porque entre sus actores principales se encontraba un debutante y joven Rodrigo De La Serna, entre otros artistas que provenían de estratos sociales vetados para la televisión de entonces; sino porque además los tópicos que abordó a lo largo de once episodios ─la violencia urbana y marginal, la amistad, la traición, la febril búsqueda de la felicidad en una sociedad desigual e injusta─, interpelaron a millones de jóvenes.
¿Cuál es tu amigo más volado, el más pulenta, el más fino y el más poronga? Arrobalos y contales que OKUPAS LLEGA EL 20 DE JULIO A NETFLIX. pic.twitter.com/BX34PyaCZI
— CheNetflix (@CheNetflix) June 23, 2021
La vigencia de 'Okupas' está en el retrato. Una foto que uno puede encontrarse en un cajón polvoriento de hace más de 20 años, acercarla hasta rozar las pestañas y comprobar que nada cambió desde entonces, más que el derruir de los edificios. La serie hizo un click y tomó una imagen: Buenos Aires y sus personajes, todo a su alrededor, se derrumbaba; no había empleos formales, la sociedad señalaba a uno por cómo se vestía o hablaba y la violencia estaba a la vuelta de una esquina. Aun así, había momentos para risas y aprendizajes. Encontrar una familia de amigos urbanos, con sus defectos y virtudes ─como mostró 'Okupas'─, fue el motor para enfrentar aquel ambiente hostil idéntico al actual. No es menor el detalle de la fecha de su regreso: el 20 de julio se festeja el 'Día del Amigo' en Argentina. La ficción terminó de emitirse en diciembre del 2000. Un año después, el país entero terminaría por demolerse tras la peor crisis social y económica desde el retorno de la democracia. Los escombros de esa decadencia representan a 'Okupas' y, todavía más, a sus seguidores.
Ficciones verdaderas
"No quilombos, no drogas, no música fuerte, chicas con discreción, no meter a nadie", fueron los cinco mandamientos que Clara (Ana Celentano), administradora de la casa en la ficción, le impuso al protagonista Ricardo Riganti (Rodrigo De La Serna) cuando llegó a la vivienda por primera vez. Allí comenzó a gestarse una historia que duraría 13 capítulos vibrantes y con uno de los finales más conmovedores de la televisión argentina.
"La Justicia sella con cemento la entrada para que nadie se meta y, en diez años, una inmobiliaria levanta una torre y ofrece alquileres que nadie puede pagar. ¿Y eso está bien?"
Ezequiel S. no recuerda que su padre le haya impuesto reglas para habitar la casa cuando llegaron, pero sí le mencionaba algunas premisas: que si la Policía entraba no podrían tocarlo por ser menor, que si veía a alguien circulando droga dentro de la casa le avisara de inmediato y que si le preguntaban sobre cómo habían llegado ahí, debía mentir: "fue una herencia". En 2016, sin embargo, comenzaron a realizar los trámites para adquirir de forma legítima la propiedad, dado que los servicios e impuestos municipales se pagaron al día desde que ingresaron. "Si nos sacaban, quedábamos en la calle", remarca el joven. "La Justicia después sella con cemento la entrada para que nadie se meta y, en diez años, una inmobiliaria levanta una torre y ofrece alquileres que nadie puede pagar. ¿Y eso está bien?".
Ya tiene fecha la llegada de "Okupas" a Netflix https://t.co/2Cat87S3nf📹 @CheNetflixpic.twitter.com/z4T4XlH1nx
— Agencia Télam (@AgenciaTelam) June 23, 2021
Según las últimas cifras del Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, existen 138.328 inmuebles ociosos en el distrito. Es decir: más del 9,2 % del total de esas viviendas están vacías. En ese sentido, la Dirección General de Estadísticas y Censos, estableció que entre los años 2005 y 2018 se construyeron más de 195.000 casas, de las cuales más del 50 % son suntuosas y lujosas, lo que profundiza la crisis habitacional de la capital del país, en donde 300.000 personas viven en villas y asentamientos y más de 7.500 duermen en la intemperie. Hoy, la casa en donde rodaron parte de la serie (se usaron tres locaciones distintas) se encuentra tapiada y abandonada.
'Okupas' muestra cómo un grupo de cinco personas que vagaban solas por la ciudad se encuentran por diferentes circunstancias y emprenden la difícil tarea de sobrevivir en una Buenos Aires que se empecina en marginar. Los cuatro actores que acompañan a De La Serna en su periplo urbano son, en realidad, personas sin experiencia en la actuación, pero que conocían muy bien los barrios y estratos periféricos de la ciudad. Ojos filosos, la piel curtida y el léxico que hablaba la calle, les bastó para marcar sus diferentes personalidades y encariñar al público. Todos ellos empiezan deambulando solos, perdidos, y al final se hallan rodeados del calor de una 'familia'. Disfuncional, pero familia al fin. Incluso llegan a tener, entre los cinco, a Severino, un perro fiel que acompañó al grupo hasta en sus peores momentos.
Nos dicen ladrones a la primera, pero la casa la levantamos nosotros, le pagamos los servicios, la volvimos habitable"
"Nunca vi la serie, pero me contaron que habla un poco de nosotros", dice Ezequiel S cuando le preguntan por 'Okupas'. "Creo que falta que se conozcan más los problemas de las personas que nos instalamos en un terreno en completo desuso. Nos dicen ladrones a la primera, pero la casa la levantamos nosotros, le pagamos los servicios, la volvimos habitable. Ninguno de los supuestos dueños apareció desde que llegamos. ¿Y el Estado nos quiere sacar para que vuelva a vaciarse? Algo no anda bien", afirma el joven.
En su primer libro de cuentos, el escritor y periodista Roberto Arlt, quién narró la debacle social argentina de la década del ’30, le dedicó unas palabras a su primera esposa, Carmen Antinucci: "Me hubiera agradado ofrecerte una novela amable como una nube sonrosada, pero quizá nunca escribiré obra semejante. De allí, que te dedique este libro trabajado por las calles obscuras y parajes taciturnos, en contacto de gente terrestre, triste y somnolienta". Aquellas calles oscuras, con gente terrestre, triste y somnolienta regresan a la pantalla para demostrar, una vez más, que nada ha cambiado.
Facundo Lo Duca
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