Gracias a una campaña de vacunación obligatoria, la viruela, virus mortal que diezmó la humanidad durante siglos, fue erradicada en la Unión Soviética hacia 1936. Sin embargo, continuaba existiendo en varios lugares del mundo.
Uno de esos lugares era la India, país que en diciembre de 1959 visitó el pintor Alexéi Kokorekin. Tras pasar dos semanas en el país, regresó a Moscú el 23 de diciembre y se sintió mal. Dado que inicialmente sus síntomas —como una temperatura de 38-39 grados, falta de apetito y el dolor de cabeza— fueron leves y parecidos a los de un resfriado, se le diagnosticó una gripe.
El 26 de diciembre, en la cabeza y el pecho de Kokorekin aparecieron erupciones. Al día siguiente, ya con hemoptisis, fue hospitalizado. No obstante los médicos todavía no pensaban que se tratara de viruela y creían que era una gripe especialmente grave. En el hospital, el sarpullido se extendió por todo el cuerpo. Además, se registraron múltiples hemorragias extremadamente extensas. La noche del 29 de diciembre Kokorekin murió, sin que los doctores hubieran esclarecido la enfermedad que le causó la muerte.
Brote
Pero la viruela ya estaba en Moscú. Después de su llegada de la India, el pintor contactó con varias personas, entre ellas familiares, amigos y el personal hospitalario. A inicios de enero, los síntomas de la enfermedad aparecieron en primeros de ellos, y entre el 11 y el 14 de enero, se confirmaron los primeros contagios.
"Por lo tanto, hacia el 14 de enero, es decir, 16 días después de la muerte de K., se determinó que el primer caso de la viruela natural fue omitido. Retrospectivamente, el paciente K. fue diagnosticado con 'purpura variolosa'", escribió el médico Alexandr Serenko en su libro 'Brotes importados de viruela natural' ('Заносные вспышки натуральной оспы'), publicado dos años después de los hechos.
De inmediato, se inició la lucha contra el brote. Las autoridades sanitarias pasaron al rastreo de contactos del difunto y de los pacientes confirmados. De los contactos primarios, la búsqueda pasó a los secundarios, y así sucesivamente, hasta que se estableció toda la cadena de infección. En total, fueron puestas en cuarentena 9.342 personas. Toda la operación desde el inicio del rastreo duró menos de cinco días.
Asimismo, se decidió realizar una vacunación universal de la población moscovita. Con el uso de la reserva estatal de emergencia, en cuestión de varios días fueron vacunadas más de 9,5 millones de personas.
Como resultado de esas medidas preventivas, se pudo cortar de raíz lo que podría haber sido una epidemia devastadora. En total, la viruela fue identificada en 45 personas, tres de ellas murieron.
Menos de dos décadas después del brote de Moscú, en 1980, la Organización Mundial de la Salud anunció de la erradicación completa de la viruela. El último caso conocido fue registrado en 1977, en Somalia. El hecho, calificado por la OMS como "uno de los éxitos de salud pública más notables y profundos de la historia", fue posible gracias a una campaña mundial de vacunación generalizada.
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