La final de la Copa América entre Brasil y Argentina tendrá público, aunque limitado y con examen negativo de covid-19
A pesar de la polémica que despertó la decisión del Gobierno de Brasil de acoger la Copa América en plena pandemia de coronavirus, la final que disputarán el sábado las selecciones del país anfitrión y Argentina tendrá público, informó Télam.
Fuentes diplomáticas citadas por la agencia estatal argentina indicaron que habrá 4.000 espectadores, 2.000 para cada parcialidad, aunque no habrá venta de entradas sino que serán invitaciones gratuitas y de cortesía.
La organización para el público argentino quedó a cargo del cónsul general de ese país en Río de Janeiro, Claudio Gutiérrez, quien debe cursar las invitaciones.
"La invitación forma parte de una iniciativa conjunta entre la embajada argentina en Brasil y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA)", dijo Gutiérrez.
La decisión fue aprobada por las autoridades de Conmebol y el gobierno del estado de Río de Janeiro, además de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Para el ingreso, se deberá presentar un examen negativo de coronavirus.
Según reportó la prensa local, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) pidió formalmente una autorización a la Prefectura de Río de Janeiro para permitir el 10 % de aforo en el estadio Maracaná, cuya capacidad es de casi 79.000 personas.
En la misma jornada, el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, aseguró en una rueda de prensa que la Copa América no incidió en la pandemia, y dijo que ello se debió a que "la estrategia funcionó bien".
"La narrativa era que la Copa América deterioraría el escenario epidemiológico de covid en Brasil. Y lo que observamos fue todo lo contrario. El contexto epidemiológico ha mejorado", analizó el funcionario.
La decisión del Gobierno de Bolsonaro de acoger la Copa América fue objeto de múltiples críticas, ya que Brasil vive la tercera ola del coronavirus.
El mes pasado, la Conmebol decidió que la edición número 47 del torneo de fútbol de seleccionados sudamericanos se jugaría en Brasil, luego de que desistieran los gobiernos de Colombia —envuelta en multitudinarias protestas sociales—, y posteriormente Argentina —por el empeoramiento de la pandemia—.
La final se jugará el próximo sábado a las 9:00 de la noche (hora local).