El consorcio internacional Western Green Energy Hub (WGEH), compuesto por InterContinental Energy, CWP Global y Mirning Green Energy Limited, anunció este martes que quiere construir en el suroeste de Australia lo que sería el mayor centro de energías renovables del mundo para convertir la energía eólica y solar en combustibles verdes como el hidrógeno.
El proyecto, que costaría hasta 75.000 millones de dólares, se extendería a lo largo de 15.000 kilómetros cuadrados —una superficie equivalente a la mitad del territorio de Bélgica— y podría producir hasta 50 gigavatios de energía.
El nuevo proyecto australiano produciría hasta 3,5 millones de toneladas de hidrógeno verde o 20 millones de toneladas de amoníaco verde al año, que se suministrarían y se exportarían a nivel internacional en el mercado de los combustibles verdes, y satisfarían "la enorme demanda futura de múltiples sectores, como la combustión conjunta en la generación de energía, el sector naval, la industria pesada, como la siderúrgica, la química y la minera, así como el sector de la aviación", informan las empresas energéticas.
Trevor Naley, representante de Mirning Green Energy Limited, uno de los miembros del consorcio que representa a los propietarios indígenas de la zona, afirma que el proyecto concedería "oportunidades nunca antes disponibles para las empresas indígenas" y beneficios financieros y sociales que proporcionarían "seguridad a las generaciones futuras".
El principal reto de un proyecto de gran envergadura como el WGEH, según Martin Tengler, principal analista de hidrógeno de BloombergNEF, es "encontrar compradores", ya que la exportación podría resultar bastante costosa, incluso en comparación con los productores de hidrógeno más caros, como lo son Japón y Corea del Sur.