Tras una jornada tensa en Cuba a causa de algunas protestas antigubernamentales, RT pudo constatar el retorno a la normalidad en las calles del país caribeño.
Los únicos indicios de la pasada ola de disturbios, que se saldaron con la muerte de un manifestante que intentó asaltar una estación de policía, se reflejan en la elevada presencia de agentes policiales en las zonas donde se produjeron enfrentamientos, aunque en estos momentos hay calma.
Diversas plataformas digitales, medios de prensa y usuarios de redes sociales han mostrado en las últimas horas una situación caótica en la isla. Según muchos de estos perfiles, continúan los disturbios en el país después de la jornada de protesta del domingo y hay una situación de ingobernabilidad, no solamente en La Habana sino también en el resto del territorio cubano.
Sin embargo, ni la prensa nacional ni corresponsales extranjeros han podido verificar esta supuesta conflictividad en las calles, ni en las inmediaciones del Capitolio, donde se registraron protestas el pasado fin de semana.
Este martes, en una rueda de prensa, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla aseguró que hay tranquilidad en el país y que las instituciones funcionan normalmente.
El funcionario adjudicó las protestas a la "campaña de difamación" del "imperialismo norteamericano", que "aprovecha la situación de crisis" socioeconómica que atraviesa el mundo por la pandemia, para movilizar a las personas, con fines políticos, mediante "la mentira, la calumnia y la manipulación de datos". En el caso de Cuba, además, el panorama es aún más difícil por el férreo bloqueo económico que EE.UU. le impuso a la isla hace más de medio siglo.
"Son las llamadas noticias falsas, 'fake news', que tanto persiguen las plataformas que tan eficaces son cuando deciden actuar con apego a las regulaciones del mundo digital, que son bastante caprichosas e inclinadas a favorecer a los poderosos", indicó.
Además, Rodríguez denunció que la etiqueta #SOSCuba que se difunde por redes sociales fue lanzada en junio desde Nueva York, para tratar de obstaculizar el pronunciamiento de la Asamblea General de Naciones Unidas contra el bloqueo de Washington a la isla.
El canciller especificó que esta operación utilizó recursos millonarios, laboratorios y plataformas tecnológicas con fondos del Gobierno estadounidense.