Egiptólogos estadounidenses del Instituto Getty han encontrado en la base de datos digitalizada de la colección James Logie del Museo Teece de Antigüedades Clásicas (Christchurch, Nueva Zelanda) un fragmento del sudario funerario de una momia que representa escenas y hechizos del Libro de los Muertos.
Los científicos han descubierto que la otra parte de este artefacto se guarda en Los Ángeles (Estados Unidos). Ambos están cubiertos con escritura hierática, así como dibujos que representan escenas de entierro y encantamientos, según un comunicado de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda.
El hallazgo ayudó a reunir partes de un viejo puzzle, permitiendo a los expertos en el antiguo Egipto leer el texto escrito en los vendajes utilizados para envolver un cuerpo que data del 300 a.C.
"Hay una pequeña brecha entre los dos fragmentos. Sin embargo, la escena tiene sentido, el encantamiento tiene sentido y el texto le da [una explicación] certera. Es simplemente increíble juntar fragmentos de forma remota", expresó la profesora Alison Griffith, experta en arte egipcio.
"La creencia egipcia era que el difunto necesitaba cosas mundanas en su viaje hacia el más allá, por lo que el arte en pirámides y tumbas no es arte como tal, se trata realmente de escenas de ofrendas, suministros, sirvientes y otras cosas necesarias 'en el otro lado'", recalcó.
Los papiros emparejados contienen varias compilaciones de capítulos del Libro de los muertos, el texto funerario del antiguo Egipto que se empleó desde el inicio del Imperio Nuevo (1550 a.C. aproximadamente) hasta alrededor del año 60 a.C.
La profesora Griffith sostuvo que el fragmento incluye imágenes de carniceros despedazando un buey como ofrenda, hombres cargando muebles para el más allá, cuatro abanderados con signos nominales (halcón, ibis y chacal), un barco funerario con las figuras de las diosa-hermanas Isis y Neftis a cada lado y un hombre tirando de un trineo con una imagen de Anubis, protector de los muertos.
Según el doctor Foy Scalf, jefe de archivos del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, se trata de solo una parte de la historia del ritual funerario de un egipcio llamado Petosiris.
"El fragmento de lino es solo una pequeña pieza de un conjunto de vendas que fueron arrancadas de los restos de un hombre llamado Petosiris (cuya madre era Tetosiris). Fragmentos de estas piezas están ahora repartidos por todo el mundo, tanto en colecciones institucionales como privadas", sostuvo.
"Es un destino desafortunado el de Petosiris, cuyo entierro fue tan cuidadoso y costoso. Y, por supuesto, plantea todo tipo de cuestiones éticas sobre los orígenes de estas colecciones y nuestras prácticas continuas de recolección", afirmó.
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