Refutan con la impresión 3D una hipótesis de Lord Kelvin que lleva 150 años en los libros de hidrodinámica

El físico británico del siglo XIX sostuvo que el helicoide isotrópico puede girar de forma natural cuando atraviesa un líquido.

Un equipo de científicos de EE.UU., Suecia y Francia han refutado la famosa hipótesis del físico británico William Thomson, más conocido como Lord Kelvin, que describió en detalle el concepto de helicoides isotrópicos, objetos que se ven igual desde cualquier ángulo y giran de forma natural cuando están en movimiento en un líquido.

La hipótesis que Lord Kelvin propuso en 1871 era extremadamente difícil de comprobar, porque para crear un cuerpo tan simétrico como un helicoide isotrópico del que habló hacían falta herramientas de alta precisión, y su propuesta se plasmó en los libros de hidrodinámica, considerada correcta a nivel teórico.

Sin embargo, 150 años después las tecnologías han avanzado, y ahora los científicos han podido llevar a cabo ese experimento imprimiendo en 3D cinco cuerpos distintos, de poco más de un centímetro, que corresponden con los criterios de Lord Kelvin. Su trabajo ha sido publicado en la revista Physical Review Fluids.

Los investigadores colocaron sus helicoides isotrópicos en un recipiente con aceite de silicona, pero no observaron ninguna rotación, lo que significa que, aparentemente, el físico del siglo XIX se equivocó.

Sin embargo, otros cálculos mostraron que el líquido sí puede ejercer una presión desigual sobre los helicoides isotrópicos en movimiento, pero este efecto es demasiado insignificante para hacerlos girar. Así que es posible que exista un helicoide 'correcto', cuya forma sería mucho más compleja, y ahora los autores del experimento tratan de dar con ella para poder medir ese efecto hidrodinámico.

En todo caso, los helicoides isotrópicos no serían lo único con lo que Lord Kelvin no acertó. El científico creía que la Tierra no tenía más de 40 millones de años, y no se tomaba en serio el trabajo de la sociedad aeronáutica, confesando en una de sus cartas que no tenía "ni la más mínima molécula de fe en la navegación aérea que no sea en globo aerostático".

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