Investigadores de la Universidad Goethe (Alemania) y sus colaboradores en el consorcio internacional COVID-19-NMR parecen haber descubierto el talón de Aquiles del coronavirus.
En particular, los científicos han identificado regiones del genoma que son similares entre el SARS-CoV-2, que causa el covid-19, y el SARS-CoV, que causa el SARS, cuyos fragmentos prácticamente no mutan y pueden servir como objetivos para fármacos antivirales eficaces. El descubrimiento de nuevas vulnerabilidades en el patógeno se publicó en un artículo de la revista Angewandte Chemie.
Cuando el coronavirus infecta una célula, introduce su ARN en ella y la reprograma de tal manera que la célula primero produce proteínas virales y luego partículas virales completas. En la búsqueda de sustancias activas contra el SARS-CoV-2, los investigadores hasta ahora se han concentrado principalmente en bloquear las proteínas virales, ya que esto promete prevenir, o al menos ralentizar, la replicación. Pero atacar el genoma viral, una molécula de ARN larga, también podría generar los resultados esperados, explican los expertos.
Los investigadores analizaron el genoma del SARS-CoV-2 mediante espectroscopía de resonancia magnética nuclear (RMN) e identificaron 15 segmentos cortos que son muy similares en varios coronavirus y se sabe que realizan funciones reguladoras esenciales. También en el transcurso de 2020, estos segmentos rara vez se vieron afectados por mutaciones.
Luego, los científicos reunieron una biblioteca de 768 moléculas simples que podrían interactuar con los 15 segmentos de ARN y analizaron el resultado mediante espectroscopía de RMN. Durante proceso, las moléculas se marcan primero con un tipo especial de átomos (isótopos estables) y luego se exponen a un fuerte campo magnético. Los núcleos atómicos se estimulan mediante un pulso corto de radiofrecuencia, y el espectro de la radiación se puede utilizar para determinar la estructura del ARN y la proteína, así como la forma y el lugar donde se unen las moléculas pequeñas.
De esta manera, se identificaron 69 moléculas pequeñas que se unen a 13 de los 15 segmentos de ARN. En este caso, tres moléculas se adhieren específicamente a un solo segmento de ARN. Gracias a esto, los especialistas pudieron demostrar que los segmentos individuales del genoma del SARS-CoV-2 son una potencial estructura objetivo para los fármacos que bloquean la replicación del coronavirus en una célula infectada.