El día del vuelo al espacio de la nave New Shepard de la compañía Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos cambió su definición de quiénes pueden considerarse astronautas, y según la nueva interpretación, Bezos no lo es.
El multimillonario sí cumplió con uno de los requisitos para ganarse ese título al superar el límite de 80 kilómetros de altura, o 50 millas, considerado como el comienzo del espacio exterior. De hecho, fue más allá y cruzó la línea de Kármán fijada en 100 kilómetros, también acordada por muchos como divisoria entre la atmósfera y el espacio.
Sin embargo, para entrar en la categoría de astronauta, según la entidad gubernamental, tenía que llevar a cabo actividades durante el vuelo que pudieran ser consideradas "esenciales para la seguridad pública o que contribuyeron a la seguridad de los vuelos espaciales humanos".
Así, bajo el nuevo requisito para quienes pretenden ostentar la insignia, Bezos quedaría fuera de la categoría porque efectivamente no hizo nada al respecto durante su primer vuelo al espacio. Su nave New Shepard fue totalmente autónoma y fue operada desde la Tierra, con lo cual la tripulación no tenía ninguna tarea pendiente a bordo.
El analista internacional Sergio Castaño Riaño opina que los grandes empresarios, como Jeff Bezos, quieren privatizar la carrera espacial.
En medio de una fuerte rivalidad con otro multimillonario, el británico Richard Branson que voló al espacio en la nave de Virgin Galactic nueve días antes que él, Bezos subrayaba que los que van a bordo del cohete de Blue Origin son astronautas sin "un asterisco junto a su nombre", por alcanzar la altura de 100 kilómetros.