Pekín acusó este lunes a Washington de querer convertir a China en un "enemigo imaginario" para desviar la atención de sus propios problemas internos y sofocar al país asiático, recoge Reuters.
"EE.UU. quiere reavivar el sentido de propósito nacional al establecer a China como un 'enemigo imaginario'", declaró el viceministro de Exteriores chino, Xie Feng, citado por la televisión estatal, durante la visita al país de la subsecretaria de Estado de EE.UU., Wendy Sherman, para participar en unas negociaciones.
"Como si una vez que se suprima el desarrollo de China, los problemas internos y externos de EE.UU. se resolverán y EE.UU. volverá a ser grande otra vez y [su] hegemonía podrá continuar", agregó el alto cargo.
Xie asimismo señaló que las relaciones entre Pekín y Washington están "en un punto muerto", agregando que todavía persisten "serias dificultades" por resolver. Además, el viceministro declaró que EE.UU. es "el inventor, patentador y dueño de la propiedad intelectual de la diplomacia coercitiva" y calificó las contramedidas de China como "legítimas".
Por otra parte, Xie exigió que Washington levante las sanciones y restricciones de visa a los miembros del Partido Comunista de China y sus familias, así como a los estudiantes chinos, y que deje de reprimir a las empresas de la nación asiática. Además, el viceministro pidió que se deje de etiquetar a los medios chinos como "misiones extranjeras" y la revocación de la extradición de la directora financiera de Huawei Technologies, Meng Wanzhou, informa el periódico Global Times.
El domingo, Wendy Sherman llegó a la ciudad de Tianjin, en el norte de China, para una visita oficial de dos días. Se prevé que más tarde este lunes se reúna con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
Previamente, desde el Departamento de Estado de EE.UU. declararon que la visita de Sherman se realiza "desde una posición de fuerza y solidaridad". Por su parte, Wang Yi afirmó el sábado que Pekín le daría a Washington un "tutorial" sobre cómo tratar en pie de igualdad a otras naciones si era necesario. "Nunca ha habido un país en este mundo que sea superior a otros, ni debería haberlo, y China no aceptará ningún país que afirme ser superior a otros", sentenció el canciller.
A su vez, el analista político Adrián Zelaya no espera cambios sustanciales en la política de EE.UU. respecto a China, así como tampoco en el diálogo bilateral. "Lo que podemos ver es una cierta variabilidad en las posiciones dentro de un gran marco de hostilidad", valoró en declaraciones a RT, apuntando como razón a que la élite corporativa del país norteamericano "interpreta cualquier movimiento de negociador como debilidad".
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