La tarde del domingo, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el canciller venezolano Jorge Arreaza, protagonizaron un duro intercambio de acusaciones luego de que Venezuela tildara de "persecución judicial" la solicitud de detención contra el opositor y expresidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén (2014-2019).
Previamente, la cancillería venezolana había emitido un comunicado donde expresaba su solidaridad con Sánchez Cerén, exvicepresidente del Gobierno de Mauricio Funes (2009-2014), y con un grupo exfuncionarios de esa Administración, a los que considera "víctimas de una persecución judicial sin precedentes", luego de que la Fiscalía salvadoreña ordenara su captura por los delitos de lavado de dinero, peculado y enriquecimiento ilícito.
Caracas asevera que esta acción contra los miembros del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), partido del cual Cerén, antecesor de Bukele, es uno de sus principales líderes, es "un nuevo caso de 'lawfare' (…) para intentar desmovilizar la organización y resistencia de los pueblos contra el neoliberalismo y demás formas de dominación".
El fuego cruzado
Luego de que el canciller venezolano compartiera el documento emitido por Caracas en su cuenta de Twitter, comenzó un cruce de tuits entre él y el presidente salvadoreño, que perteneció al FMNL pero que fue expulsado del partido por realizar "prácticas que generan división interna" y "fomento de conductas personalistas", en 2017, mientras era alcalde de San Salvador.
En la respuesta al comunicado venezolano, el mandatario salvadoreño escribió: "¿Y ustedes no tienen nada mejor que hacer? Como por ejemplo, ¿que un aguacate no cueste 3,7 millones de bolívares (aproximadamente un dólar)?", con referencia al ciclo hiperinflacionario que vive el país suramericano y que, según algunos expertos, ha sufrido una desaceleración.
Tras esta referencia sobre el precio del fruto, que actualmente se encuentra en temporada y es vendido en las calles a cinco unidades por ese monto, Arreaza cargó contra Bukele y le dijo que "la soberbia, el ego y la arrogancia lo llevan por la ruta del Titanic". Sin embargo, intercambio de señalamientos no quedó ahí, y el mandatario salvadoreño ripostó: "¿Lo dice por experiencia?".
En una última interacción, Arreaza volvió a responder a Bukele y escribió: "Nosotros no traicionamos a nuestros ancestros, ni a nuestro pueblo. Tampoco vivimos en una ciberburbuja", en alusión a la intensa actividad del mandatario salvadoreño en las redes sociales.
Relaciones fracturadas
Las relaciones entre ambos países se encuentran rotas desde noviembre de 2019, luego de que San Salvador expulsara a todo el cuerpo diplomático venezolano y Caracas respondiera con reciprocidad.
En esa oportunidad, el Gobierno salvadoreño emitió un comunicado donde afirmaba que había tomado la decisión en reconocimiento a la "legitimidad" del autoproclamado "presidente encargado", el exdiputado opositor Juan Guaidó.
Según el país centroamericano, esta medida se levantaría cuando se realizaran "elecciones libres", que ha sido una petición recurrente de EE.UU., la Unión Europea (UE) y un grupo de países de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que desconocen a Maduro y a las instituciones venezolanas porque consideran que hubo "fraude" en los comicios realizados desde 2017, a pesar de que no hay pruebas de ello.
Otro cruce de palabras similar ocurrió en ese contexto de tensiones, cuando Maduro expresó durante un discurso en La Habana, el 3 de noviembre de 2019, que daba "vergüenza ver cómo se derrite frente a imperialismo" quien llegó a la presidencia "con alguna esperanza para el pueblo salvadoreño". "Pero de la historia no te salvas, Bukele, pelele, traidor del pueblo".
Ante estos insultos, el mandatario salvadoreño le pidió "más respeto" a su par, porque le hablaba a un "presidente electo democráticamente, a diferencia suya". Del mismo modo, también hizo referencia al tema de la crisis económica en Venezuela, que durante los primeros años del Gobierno de Maduro se intensificó con la caída de la producción petrolera y el cerco creciente de las de sanciones económicas y financieras de EE.UU. y la UE.
"Contrario a usted, 9 de cada 10 personas aprueban mi Gobierno. Y en El Salvador, sin estar sobre mares de petróleo, un rollo de papel higiénico no nos cuesta el salario de un mes", escribió.