El presidente de EE.UU., Joe Biden, y el primer ministro iraquí, Mustafa al Kadhimi, firmaron este lunes un acuerdo para poner fin formalmente a la misión de combate del Ejército estadounidense en ese país para finales de año, informa Reuters.
"Nuestro papel en Irak será estar disponibles, seguir entrenando, asistiendo, ayudando y haciendo frente al Estado Islámico cuando surja, pero no vamos a estar, a finales de año, en una misión de combate", afirmó el mandatario estadounidense durante sus primeras conversaciones cara a cara con Al Kadhimi en la Casa Blanca, en el marco de un diálogo estratégico entre ambos países.
Actualmente hay 2.500 soldados estadounidenses en Irak centrados en la lucha contra los restos del EI. El papel de Estados Unidos cambiará por completo, pasando a la formación y el asesoramiento del Ejército iraquí para mejorar su defensa. Las autoridades no revelaron cuántos efectivos del país norteamericano permanecerán en territorio iraquí para ese fin.
La coalición liderada por EE.UU. intervino a Irak en marzo del 2003, basándose en la acusación de que el gobierno del entonces líder iraquí Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva. Este fue expulsado del poder, pero nunca se encontraron dichas armas.
"Si se mira dónde estábamos, dónde teníamos helicópteros Apache en combate, cuando teníamos fuerzas especiales estadounidenses haciendo operaciones regulares, es una evolución significativa. Así que para finales de año creemos que estaremos en un buen lugar para pasar realmente a un papel de asesoramiento y creación de capacidades", señaló un alto funcionario de la administración Biden antes de la visita de Al Kadhimi.
"Nadie va a declarar 'misión cumplida'. El objetivo es la derrota duradera del Estado Islámico", señaló, refiriéndose a la gran pancarta de 'Misión cumplida' desplegada en el portaviones USS Abraham Lincoln, en el que el entonces presidente George W. Bush pronunció un discurso, declarando el fin de las principales operaciones de combate en Irak el 1 de mayo de 2003.
El periodista y analista internacional, César Vidal, indica que no se producirá ningún cambio real en el territorio iraquí. Según el experto, se trata de una maniobra del Gobierno local para ganar más votos en las elecciones parlamentarias que se celebrarán en octubre.