Las olas de calor sin precedentes capaces de exceder con creces los récords meteorológicos en varias regiones del mundo —tal y como sucedió en el oeste de EE.UU. y Canadá este junio y en Siberia el año pasado— son producto del acelerado ritmo con el que sucede el calentamiento global, más que de los niveles de temperatura.
Así lo sostiene el investigador de Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), Erich Fischer, quien pronosticó este lunes en una entrevista con AFP que en el transcurso de las próximas décadas a nuestro planeta le esperan nuevos picos de calor mucho más frecuentes.
"A raíz de que estamos en un periodo de rápido calentamiento, necesitamos prepararnos para más eventos de calor que harán trizas los récords previos por grandes márgenes", expresó el científico.
En un estudio dirigido por Fischer y publicado este lunes en la revista Nature Climate Change, el experto argumenta que el actual ritmo en el incremento de la temperatura global —estimado en 0,2 grados centígrados cada 10 años— probablemente se mantenga por lo menos durante una o dos décadas más independientemente del éxito con el que logremos disminuir los gases de efecto invernadero.
"La probabilidad futura de extremos que rompen récords depende del camino de emisiones que nos lleve a un determinado nivel de calentamiento", explicó el autor principal del trabajo y comparó los registros climáticos con las plusmarcas deportivas.
"Al igual que en el salto en altura, donde los récords son viejos y solamente son rotos por centímetros, el calor récord debería volverse más raro con los márgenes más pequeños cuanto más tiempo hagamos mediciones. Pero a raíz del cambio climático, observamos lo opuesto: el clima se está comportando actualmente como un atleta con bajo los efectos de los esteroides", sintetizó Fischer.
Sin embargo, añadió que la reducción de la contaminación por carbono durante los próximos diez años traerá resultados positivos para la ecología en el futuro.
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