Un equipo de investigación arqueológica de distintas universidades húngaras e italianas descubrió en un cementerio de la Edad de Bronce cerca de la ciudad de Szigetszentmiklós, en Hungría, una urna crematoria de unos 4.000 años de antigüedad que contenía los restos de una mujer embarazada que esperaba gemelos.
De acuerdo a una investigación publicada este miércoles en la revista PLOS ONE, durante las excavaciones realizadas en un cementerio de la cultura vatya, que floreció en el centro del actual territorio de Hungría a las orillas del río Danubio durante la Edad de Bronce —entre los años 2200 y 1450 a.C.—, fueron encontradas 26 tumbas con urnas crematorias y tres entierros.
En la mayoría de los enterramientos fueron hallados los restos de un solo individuo y ajuares funerarios sencillos elaborados de cerámica o bronce. No obstante, en una de las tumbas se encontraron los restos cremados de una mujer adulta embarazada de gemelos, que fueron inhumados junto con lujosos ajuares funerarios que incluían un anillo de oro para el pelo, una gargantilla de bronce y dos ornamentos de hueso para el cabello.
El análisis de los restos de la mujer, reveló que se encontraba aproximadamente entre las semanas 28 y 32 de gestación, y tenía entre 25 y 35 años en el momento de su fallecimiento; sin embargo, no se cuenta con evidencias para determinar las causas de su muerte. Asimismo, los resultados de las pruebas isotópicas de estroncio indicaron que la mujer probablemente nació en otro lugar y se trasladó a Szigetszentmiklós cuando tenía entre 8 y 13 años.
Según detallan los expertos, estos resultados refuerzan la hipótesis de que en Europa central durante la Edad de Bronce las mujeres, principalmente las pertenecientes a los estratos más altos de la sociedad, solían casarse fuera de sus comunidades de origen, probablemente para crear alianzas estratégicas de corte político y económicas con otros pueblos.
"Gracias a un amplio espectro de nuevos métodos bioarqueológicos, técnicas y estrategias de muestreo, ahora es posible reconstruir las historias de vida de las personas incineradas de la Edad del Bronce", señalaron los arqueólogos, enfatizando que las nuevas metodologías de investigación y la ciencia moderna permiten a los científicos estudiar aspectos de la vida cotidiana que hace unos años hubiera sido imposible debido al deterioro de la evidencia arqueológica.
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