Este jueves, el nuevo módulo-laboratorio ruso 'Nauka' se acopla a la Estación Espacial Internacional. Su lanzamiento se produjo el 21 de julio desde el cosmódromo de Baikonur y se trata del primer módulo enviado al espacio por Rusia en los últimos 11 años. Durante los ocho días de vuelo, los controladores han estado evaluando el funcionamiento de sus sistemas.
La plataforma reemplazará al módulo Pirs, que previamente se desacopló de la estación espacial y cayó en el océano Pacífico. Este módulo estuvo en servicio durante 20 años. A través de su esclusa, los tripulantes realizaron 52 caminatas espaciales, y también sirvió para recibir las naves Soyuz y Progress.
Su sustituto 'Nauka' destaca por sus dimensiones: tiene una longitud de 13 metros, pesa más de 20 toneladas y dispone de paneles solares de 56 metros cuadrados. Se espera que contribuya al desarrollo de la parte rusa de la EEI y en el futuro, incluso podría servir de base para una nueva plataforma orbital rusa independiente.
El módulo de laboratorio polivalente 'Nauka' está destinado a la realización de experimentos e investigaciones científicas. Una vez puesto en funcionamiento, el sector ruso de la EEI podrá contar con más espacio de trabajo, así como almacenar más envíos y equipamiento destinado a regenerar agua y oxígeno.
La llegada del nuevo módulo aportará a los cosmonautas rusos un segundo inodoro, una cabina para el tercer miembro del equipo, así como el Brazo Robótico Europeo ERA, que permitirá realizar algunas misiones sin necesidad de salir al espacio.
El investigador espacial José Oliver Sinca, opina que el módulo 'Nauka' podría ser el primer paso de Rusia hacia la creación de una nueva estación espacial independiente. Señala que el país ya tiene previsto lanzar más módulos en los próximos años.