El presidente de Colombia, Iván Duque, expresó su deseo de trabajar de manera conjunta con Panamá para resolver la emergencia humanitaria en la frontera común, donde existe un importante aumento del flujo de migrantes.
"Si bien estamos enfrentando una crisis, tenemos que convertir esto en una oportunidad", dijo Duque a la cadena de televisión panameña TVN, donde explicó que ha dado instrucciones "muy claras" a Migración Colombia de "recabar toda la información y trabajar de la mano con las autoridades panameñas".
El mandatario reiteró que esta crisis "no es nueva" y debe ser resuelta por ambos países. "Eso significa que podamos hacer interdicción temprana para que no se presenten estos fenómenos y también saber quién está detrás de esta movilización", comentó.
"Me parece importante que, junto con Panamá, nosotros podamos hacer procesos de deportación y de retorno y donde corresponda excepcionalmente los procesos de regularización", sentenció.
Un peligroso viaje
Las autoridades colombianas calculan que unos 15.000 migrantes, entre ellos niños y embarazadas, se encuentran desde hace semanas en el puerto de la ciudad de turística Necoclí, a la espera de continuar su viaje rumbo a EE.UU. o Canadá.
Los migrantes aguardan para cruzar en botes el golfo de Urabá para llegar a Panamá a través del Tapón de Darién, una peligrosa selva espesa y húmeda, plagada de animales salvajes e insectos y de unos 100 kilómetros entre ambos países.
A los riesgos que de por sí impone el terreno, se suma la presencia de grupos delictivos, narcoparamilitares y guerrilleras como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan de Golfo.
Muchos migrantes -de América Latina, Asia y África- deciden emprender este viaje por motivos económicos, por la necesidad de garantizar una mejor calidad de vida a sus familias o, lo que es lo mismo, para escapar de las hambrunas y la pobreza extrema.
También los hay que huyen de conflictos armados y persecuciones de toda clase. Un dato alarmante es que, según Unicef, la cantidad de niños, niñas y adolescentes que emigran hacia el norte a través del Darién se ha multiplicado por más de 15 en los últimos cuatro años. Uno de cada cuatro migrantes es un niño o adolescente y el 50 % son menores de cinco años.
"No se trata de migrantes flotantes, aquí de lo que se trata es de un fenómeno que se ha ido agravando con la pandemia, que tiene que ver con la trata de personas o con tratar de facilitar migración irregular de personas", aseguró el presidente.
Duque apuntó que en esta zona de fronteras se han identificado migrante de Asia, África y Haití. "Claramente, el propósito de ellos no es llegar y quedarse en Panamá, sino seguir avanzando hacia la frontera sur de los EE.UU." subrayó.
"Estos migrantes no llegan por carreteras, han llegado muchas veces en barco. Hay personas que cobran recursos importantes para poder llevarles a estos puntos fronterizos", añadió.
Colombia calcula que más de 25.000 migrantes han sido ubicados este año en distintas vías para que continúen su trayecto.
Por su parte, el ministro de Seguridad panameño, Juan Pino, estima que más de 42.000 migrantes ya han pasado por Panamá y espera que "vaya en aumento".