Seis minutos de golpes y un delito de odio que aún no se descarta: las revelaciones de la investigación sobre el crimen de Samuel Luiz en España

Se maneja la hipótesis de que se pudiera tratar de una agresión homófoba, debido a que al inicio del ataque se profirieron insultos de esa naturaleza.

La Policía de España ha revelado nuevos detalles de la paliza mortal contra Samuel Luiz, luego de que se levantara el secreto sumario de la investigación judicial sobre un caso que ha sido considerado como un ataque homofóbico.

Los hechos que conmovieron a la opinión pública española ocurrieron hace exactamente un mes, el pasado 3 de julio, en A Coruña, al noreste del país, entre las 2:58 y las 3:04 de la madrugada.

Según la pesquisa judicial, una turba persiguió y golpeó a Samuel durante seis minutos hasta matarlo. La víctima tenía apenas 24 años y trabajaba de auxiliar de enfermería en una residencia de mayores, mientras llevaba a cabo sus estudios de protésico dental. 

El desencadenante para esta paliza mortal a un desconocido no pudo ser más nimio. Samuel estaba hablando por videollamada con una amiga y uno de los atacantes creyó que lo estaba grabando.

Los agresores casi acaban también con la vida de Ibrahim Shakur, de 38 años, uno de los dos ciudadanos senegaleses que fueron los únicos de los numerosos testigos que trataron de auxiliar a la víctima, y que también resultó agredido.

Un antes y un después

En una rueda de prensa ofrecida el lunes, Pedro Agudo, comisario jefe de la brigada Policial Judicial de A Coruña, consideró que "la desgraciada muerte de Samuel marca un antes y un después" porque "personas sin antecedentes han acabado con su vida".

En primer lugar, los informes de ADN vinculan directamente con el crimen a los dos principales detenidos por este asesinato: el joven que creyó que estaba siendo grabado e inició el enfrentamiento, y su amigo, que fue el primero en golpear. La Policía acusa a estos dos hombres y a otros cuatro detenidos de dos delitos, uno de homicidio y otro de en grado de tentativa, en el caso de Shakur.

Según ha apuntado el mando policial, las conversaciones de los móviles de los sospechosos ayudaron a tener más indicios sobre el crimen, a pesar de que los investigados eliminaron conversaciones de mensajería instantánea con la finalidad de borrar pruebas.

A pesar de ello, los investigadores lograron acceder a esas conversaciones claves, junto con los testimonios de los testigos y las imágenes de las cámaras de seguridad, para llevar a cabo las pesquisas.

Además, Agudo confirmó que ninguno de los agresores conocía a la víctima, por lo que aún está por determinar la motivación del crimen. Se maneja la hipótesis de que se pudiera tratar de una agresión homófoba, debido a que al inicio del ataque se profirieron insultos de esa naturaleza, lo que aumentaría las penas a las que tendrían que hacer frente los arrestados.

El hombre que golpeó primero a Samuel le gritó "maricón", un insulto que no fue recogido en el primer atestado policial, aunque la amiga que acompañaba al joven asegura que lo relató desde el primer momento a los agentes. Sin embargo, la instrucción sí refiere ese dato, aunque considera que por el momento la motivación homófoba no ha sido comprobada y corresponderá a la jueza de instrucción determinar si se trata de un crimen desencadenado por la intolerancia a la diversidad de orientaciones sexuales.

Los informes forenses, por otra parte, concluyen que Samuel falleció por un cúmulo de golpes y no por un único golpe mortal, por lo que no hay un solo autor material del homicidio. Así, el traumatismo craneoencefálico fatal lo habrían producido diversos puñetazos y patadas.

Una instrucción en curso

Durante el mes que ha transcurrido desde la tragedia, se han recogido los testimonios de 41 testigos, las grabaciones de las cámaras, los análisis de los teléfonos móviles de los implicados y los rastreos de las redes sociales, con el objetivo de realizar una reconstrucción de los hechos.

Gracias a todo lo anterior se ha podido establecer que se trató de una agresión continuada durante 150 metros en los que la víctima trató de huir, y que fue perpetrada por un grupo de amigos y conocidos de entre 16 y 25 años.

Ahora, los agentes de Policía están investigando también los rastros de ADN hallados en una botella de cristal con la que también se agredió a Samuel, mientras que no descartan que se produzcan nuevas detenciones.

De momento, tres de los detenidos se encuentran encarcelados y otros dos, menores de edad, permanecen recluidos en un centro de internamiento. Ninguno de ellos ha colaborado con la investigación.

Por su parte, Ibrahima Shakur y su compatriota Magatte, los dos ciudadanos senegaleses que intentaron ayudar a Samuel, y que hasta ahora no tenían los papeles migratorios en regla, han recibido un permiso de residencia y trabajo en España por su labor humanitaria en este suceso.

Esta trágica agresión levantó una ola de indignación, tanto nacional como internacional, y provocó masivas protestas en las calles españolas.