Un total de 287 grandes incendios se han registrado en la Amazonía en lo que va de 2021, lo que representa el doble de lo documentado en el mismo período de 2020.
El Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) informó este jueves que de los 287 fuegos documentados hasta este miércoles, un total de 221 incendios ocurrieron en territorio brasileño, lo que representa el 77 % de los eventos.
En Bolivia se han registrado 36 incendios forestales (13 %), Perú se ha visto afectado por 24 grandes quemas (8 %) y Colombia ha sufrido seis fuegos (2 %).
"La presencia de grandes incendios se ha duplicado este año. Cualquier indicio que tenemos hasta ahora es que esta temporada puede ser más intensa que la temporada pasada", dijo este miércoles Matt Finer, director del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), durante una transmisión en redes.
Quemas en Brasil
En 2020, el MAAP documentó un total de 2.250 grandes incendios registrados en la Amazonía brasileña. Sin embargo, para el 3 de agosto del pasado año se reportaban 106 fuegos, un número inferior de los 221 contabilizados en 2021 hasta este miércoles.
En vista del aumento del 108 % en los incendios registrados en la Amazonía brasileña entre 2020 y 2021, Finer calificó de "muy activa" la temporada de grandes fuegos.
Los incendios forestales suelen empeorar entre agosto y septiembre, con la intensificación de la temporada seca. Pese a este patrón, los pasados 19 y 20 de mayo se registraron las dos primeras quemas de gran magnitud al sur del estado de Mato Grosso.
En lo que va de 2021, la gran mayoría de los eventos se han concentrado en cuatro estados brasileños: Mato Grosso, Amazonas, Pará y Rondonia.
Por otra parte, el director del proyecto MAAP subrayó que el 69 % de los incendios han consumido áreas que fueron deforestadas recientemente.
El peor aliado del fuego
En 2020, la Amazonía perdió unas 2,3 millones de hectáreas de bosque a consecuencia de la deforestación, lo que representó un incremento del 17 % en comparación con 2019, según documentó MAAP.
La deforestación afectó principalmente a Brasil, con 1,5 millones de hectáreas de bosque perdidas.
Algunas organizaciones medioambientales atribuyen el aumento de la deforestación y de los incendios a las políticas incentivadas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien apuesta por la expansión de las actividades económicas en la región, en especial las agropecuarias.