La nueva edición escandinava de Vogue publicó su primer número con Greta Thunberg en la portada y una entrevista con la activista climática. Según la redactora jefe de la revista, Martina Bonnier, la joven sueca representa la fuerza del cambio y "encarna el amor por la naturaleza, la búsqueda de la sostenibilidad y la intrepidez descarada", valores que, afirma, son compartidos por la publicación.
En la entrevista, Thunberg reflexiona sobre el papel de la moda rápida en el contexto de la crisis climática. La denominada moda pronta es frecuentemente criticada por activistas medioambientales, que advierten que esta hace que la ropa no solo pase rápidamente de las pasarelas a los consumidores, sino también a la basura.
"Si estás comprando moda rápida, entonces estás contribuyendo a esta industria, alentándolos a expandirse y alentándolos a continuar con su proceso dañino", dice Thunberg.
La activista sueca asegura que la última vez que compró ropa fue hace tres años y eran prendas de segunda mano. "Solo tomo prestadas cosas de personas que conozco", afirmó. En la portada de Vogue Scandinavia, aparece con una gabardina hecha de materiales reciclados de los bosques de las afueras de Estocolmo.
Tras compartir la imagen en su cuenta de Twitter, Greta acusó a la industria de la moda de contribuir a la emergencia climática y ecológica, denunciando que muchas empresas pretenden ser "sostenibles", "éticas", "verdes", "neutrales para el clima" o "justas", cuando, en su opinion, todo ello son simples campañas de imagen de "puro lavado verde".
La joven sueca considera que es imposible producir ropa en masa o consumirla "de manera sostenible" en el mundo moderno, por lo que defiende que solo un cambio de sistema puede llevar a un nuevo papel de la industria de la moda.